La reciente masacre de al menos 16 personas en la selvática localidad de San Miguel de Ene, en lo más profundo de la selva peruana, ha conmocionado a todo un país a menos de dos semanas de que se decida quién será el nuevo presidente en la segunda vuelta de unas elecciones marcadas por la polarización.
Las víctimas, todas civiles y cuatro de ellas menores, fueron muertas a balazos y algunos de los cadáveres aparecieron carbonizados en un bar enclavado en el territorio del Vraem (Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro), una zona del Perú en mitad de la selva con elevadísimos índices de pobreza donde se concentra la mayor actividad cocalera y terrorista del país.
En el escenario del crimen, un pequeño bar local, aparecieron folletos que llamaban a "limpiar" Perú de "prostíbulos, homosexuales, lesbianas drogadictos e individuos indisciplinados". Los pasquines también tachaban de "traidores y asesinos del Perú y el Vraem" a quienes voten a Keiko Fujimori en la segunda vuelta.
Los panfletos estaban firmados por el Militarizado Partido Comunista de Perú (MPCP), una escisión de la organización terrorista maoísta Sendero Luminoso, que entre 1980 y el 2000 aterrorizó al país con sus accioens que causaron la muerte a más de 30.000 personas.
Tras la captura de su fundador y líder Abimael Guzmán en 1992, Sendero Luminoso, que funcionaba prácticamente como una secta al servicio de Guzmán, se desgajó y perdió fuerza hasta quedar reducida a varias células minoritarias.
Sin embargo, Guzmán renunció a la violencia estando en cautivero y no reconoce al MPCP, organización a la que el Gobierno peruano sigue denominando Sendero Luminoso. Desde 2018, el MPCP es el principal grupo terrorista comunista del país con una presencia importante en la región del Vraem.
El reinado del terror de los Quispe Palomino
La masacre de San Miguel de Ene es el mayor golpe de Sendero Luminoso desde 2008, cuando el grupo terrorista atacó un convoy militar matando a 19 personas.
Ahora, la organización la encabeza el clan Quispe Palomino, con Víctor -alias camarada José- a la cabeza tras la muerte de su hermano Jorge -alias camarada Raúl- el pasado enero tras una larga enfermedad renal, aunque el ejército reivindica haberlo herido en un intercambio de fuego
La DEA ha puesto precio a la cabeza de camarada José, a quien considera el líder de una organización narcoterrorista y le imputa cargos de apoyo material a terroristas, pertenencia a organización terrorista extranjera y tráfico de armas
El MPCP actúa en las densa y recóndita selva del Vraem y sustenta su actividad en los ingresos que obtiene gracias al tráfico de drogas, una actividad para la que colabora con narcotraficantes locales, en ocasiones a cambio de armas.
Según fuentes citadas por el diario peruano La República, el grupo contaba con entre 250 a 300 hombres y mujeres armados, entrenados y con algún tipo de equipo militar en 2018.
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