La tecnología en la que se basan los microondas fue descubierta en 1940, pero no se comercializaron hasta el año 1960. ¿Para qué se usaban entonces en esos 20 años?

Tal y como recoge Gizmodo, el uso es bastante inquietante: los microondas se usaban en los años 50 para calentar hámsters congelados, e intentar devolverlos a la vida.

Al principio, la idea congelar hasta casi la muerte a roedores para luego intentar revivir el tejido aplicando calor de manera directa, para hacer avances en la investigación sobre la congelación de órganos y plasma sanguíneo.

El éxito del experimento fue escaso: casi ningún animal revivía y se producían graves quemaduras en los pobres roedores. Por ello, los científicos recurrieron a la diatermia, el uso de corrientes electromagnéticas para producir calor como una forma de terapia.

"Una bióloga, Audrey Smith, pudo revivir a un hámster que había sido congelado. Cuando se despertaron, sufrieron una quemadura gigantesca en el pecho. Eso debe haber sido bastante doloroso y complicado. Pensé que era una forma pésima de hacerlo, así que dije ‘¿por qué no usar diatermia?", dijo el científico James Lovelock.

Éste colocó unos magnetrones dentro de una caja que contenía una jaula de faraday, creando lo que era esencialmente un horno de microondas moderno. 

"Pusimos al hámster allí, congelado. Puse el aparato a máxima potencia en el microondas (...) y después de tantos segundos el hámster se despertó y empezó a deambular. En un caso, una sola rata se reanimó 10 veces después de ser enfriada a intervalos de 2 a 10 días cada vez. Las ratas se mantuvieron bajo observación y permanecieron sanas siete meses después de su terrible experiencia", dijo Lovelock.