Las coníferas son una de las plantas más usadas en jardinería, sobre todo, porque son resistentes a los diferentes climas, no requieren de muchos cuidados específicos y, además, sirven para conseguir en el jardín un punto de bosque y naturaleza frondosa que tanto se necesita en algunos lugares.

Por ello, estas son algunos de los tipos de coníferas, árboles y arbustos, que más se emplean en la jardinería para conseguir crear contrastes y entornos verdes en las terrazas, patios o jardines. 

Las coníferas más usadas en jardinería

En primer lugar, el Juniperus conferta o enebro tapizante es una planta que alcanza entre los 50 y 100 cm de altura. Es muy usado gracias a sus características tapizantes, ya que se adapta a casi cualquier tipo de suelo y solamente necesita un buen drenaje. Además, soporta el pleno sol y también es empleado para cubrir muros de contención.

El ciprés y todas sus variedades también son muy utilizados para los jardines. Por ejemplo, está el ciprés chamaecyparis, que aguanta altas temperaturas, pero su resistencia y adaptación hace que también aguante las heladas. Su temperatura ideal sería entre los 10ºC y 20ºC.

Por otro lado, el Cupressus sempervirens es el ciprés común. Se trata de un árbol muy longevo que puede alcanzar los 1.000 años de vida. Además, puede llegar a medir, en condiciones óptimas, hasta los 30 metros de altura. Es perenne, muy frondoso y, al igual que anterior, resiste altas temperatuas, así como heladas.

El ciprés macrocarpa también es muy usado en jardinería, ya que presenta las características típicas de este tipo de árbol. Es frondoso y de color verde intenso, resiste altas y bajas temperaturas, aunque alcanza como mucho 5 metros de altura. 

Fuera de los cipreses, el tejo es otra de las coníferas perfectas para la vivienda. Tiene forma piramidal, puede alcanzar los 20 metros de altura y en verano florece, dando más adelante los típicos frutos rojos, que son tóxicos, tan reconocibles en este árbol.