Entrevista | Clara Sánchez: "Es evidente que hay una brecha de género en la RAE"

  • En 'Infierno en el paraíso’, la escritora refleja la realidad de las princesas saudíes que desean huir de sus "jaulas de oro".
La escritora Clara Sánchez.
La escritora Clara Sánchez posa durante un encuentro con '20minutos'.
JORGE PARÍS
La escritora Clara Sánchez.

"Había algo tenso en el ambiente, un impasse. Una carta de amor que no llega, un cable de la luz a punto de romperse, un rayo a punto de estallar". La escritora Clara Sánchez aborda en su última novela, Infierno en el paraíso (Planeta), la desaparición de Amina, una princesa saudí, y el oscuro camino que otra joven, Sonia, inicia a través del ambiente de lujo de la Costa del Sol.

¿Por qué decide tratar esta problemática? Desde hacía tiempo, en mi cabeza había dos fascinaciones sobre las que quería escribir. La primera era la presencia de la familia Saudí en Marbella, donde esta posee un palacio impresionante. Esto suponía una entrada de dinero descomunal: había lujo y, sobre todo, derroche. Es como si en un lugar diáfano de luz, alegría y pantalones cortos entrara un mundo exótico, más oscuro. En un espacio reducido se podía ver una mezcla fascinante. Por un lado estaba la gente de la calle y, por el otro, aquellos que viven de forma fastuosa en un mundo de poder.

La escritora Clara Sánchez.

clara sánchez

  • Escritora, filóloga y especialista en cine.
Clara Sánchez nació en Guadalajara (Castilla-La Mancha), en 1955. En su trayectoria literaria ha sido laureada con premios como el Alfagura de novela (2000), el Nadal (2010) y el Planeta (2013). Amante del cine, trabajó durante un lustro en ¡Qué grande es el cine! (TVE). Antes de dedicarse plenamente a la escritura fue profesora de literatura en la UNED y, más tarde, en un instituto de Madrid.

La segunda fascinación surge del drama de las princesas árabes que intentan escapar de sus dueños porque no tienen ninguna libertad. Viven a todo trapo y entre lujos, pero no pueden disfrutar de nada. En el verano del año 2000 me fijé de una noticia en la que se hablaba de Sheikha Latifa, una princesa de los Emiratos e hija del emir de Dubái [Mohammed bin Rashid al Maktoum], que quería ayudar a escapar a su hermana Shamsa. Yo me quedé con esa noticia, con esa cara, y empecé a fijarme y a tener interés en todo este grupo de princesas, mujeres ricas que querían escapar de su jaula de oro.

¿Son muchas? Sí. Digamos que la prensa occidental recoge estas historias con pequeñas fotos y pequeños breves sobre cómo estas chicas han tenido el supuesto capricho de marcharse de casa. Pero ellas, en realidad, lo que buscan es huir hacia un mundo de libertad. El infierno es la vida real de estas mujeres.

¿Cuánto hay de realidad y de ficción en la historia Infierno en el paraíso? Yo me he documentado con todo lo que tenía a mano, porque hay sitios en los que es muy difícil entrar. Si te vas a Dubái, te puede pasar cualquier cosa. Hay sitios en los que reina una falta de libertad y de democracia occidental y eso te impide indagar fuera de nuestras fronteras. Pero el poder que tiene la literatura es que allí donde no se pueden meter unas cámaras o un reportero, puede entrar una novela. Hay una base muy real en mi libro, un 80% de realidad y un 20% de imaginación. Digamos que esto es como meter un cuento de las Mil y una noches en lo cotidiano. 

La escritora Clara Sánchez.
La escritora Clara Sánchez.
JORGE PARÍS

Sus novelas suelen girar en torno al concepto de libertad. ¿Por qué? Sí, porque se nos llena la boca al hablar de ella, pero la libertad implica tomar decisiones, engloba riesgos. La libertad es muy difícil, y por eso nos da vértigo. En nuestra vida cotidiana, cuando la tenemos delante, nos da miedo aprovecharla: tememos a quitarnos la careta, a dejar nuestro trabajo aunque estemos quemadísimos... Siempre nos preguntamos: '¿Y después, qué?'. Y, entonces, no hacemos nada. 

Como Sonia, la mayoría de las protagonistas de sus libros son mujeres de 20 a 30 años. ¿Qué le atrae de este perfil?  Esta es una gran pregunta, porque yo también he reflexionado sobre ello, aunque de una manera más intuitiva. Resulta que en ese periodo de tiempo yo tuve que tomar las decisiones más importantes de mi vida. Ya no era una niña ni una adolescente, sino una mujer con todo el futuro por delante. A esas edades, que son cruciales, nosotras sentimos muchas presiones porque se nos exige que maduremos rápidamente. Muchas veces pienso en las cargas, sueños y decepciones que viví cuando era joven.

"La libertad es muy difícil, y por eso nos da vértigo aprovecharla"

Hasta la fecha, usted ha publicado 14 novelas. ¿Cómo es su relación con las palabras? Nunca las veo de la misma manera. Siempre he luchado para alcanzar la mayor naturalidad a través de una búsqueda fascinante. ¿Sabes? No quiero escribir con un diccionario al lado, sino que las palabras salgan de mi experiencia y de la psicología del personaje. No busco florituras ni conceptos excesivamente bonitos. No quiero que mis palabras brillen, sino que expresen.

Este año, la letra ‘i’ de la RAE la ha ocupado Paloma Díaz-Más, en sustitución de la fallecida Margarita Salas. Es la octava mujer en activo de 46 académicos con plazas vitalicias. ¿Hay una brecha de género en la institución? Es evidente, los números lo dicen, pero seguro que a algunos les parecerán muchas mujeres. ¿Es que nosotras tenemos menos talento? ¿Somos menos intelectuales? ¿Aportamos menos? La academia tiene que ser un reflejo de la realidad. Cuando entra una mujer, lo aplaudo y me alegro mucho. De hecho, estoy segura de que las que entran tienen un nivel muy alto porque, de no ser así, no estarían ahí.

La escritora Clara Sánchez.
La escritora Clara Sánchez.
JORGE PARÍS
"Es evidente que hay una brecha de género en la RAE"

Precisamente, Díaz-Más opinó en una entrevista reciente que "si cambia la vida, cambia la literatura". ¿Coincide? Sí, me parece que es muy apropiado lo que dice. La literatura va al ritmo de la vida, es un reflejo de ella. Lo que pasa es que la literatura, aparte de ir cambiando, tiene que entablar un discurso poético con la sociedad. Es decir, no solo debe ser un reflejo. Yo leo novelas de hace 200 años y me pueden parecer actuales. ¿Por qué? Porque había un vuelo más allá de lo que sucedía. 

Usted tiene un premio Planeta, un Alfaguara y un Nadal, entre otros. ¿Le quedan inseguridades en el terreno de la literatura? Yo he sido insegura, lo soy y lo seguiré siendo. La inseguridad es la salsa de mi vida. Me hace querer aprender y admirar a los demás. Y me gusta. No me importa demostrar mis debilidades. Me agota pensar en esos que van por la vida pisando tan fuerte. No me los creo.

"Me agota pensar en esos que van por la vida pisando tan fuerte. No me los creo"

Porque hay miedos que no los cura un galardón, ¿no? Claro, cuando escribes una novela estás poniendo en ella tu sabia, pero detrás de sus páginas siempre hay una personalidad creadora. Los novelistas trabajamos mucho con nuestras inseguridades y yo, además, intento fijarme siempre en las pequeñas cosas.

Estudió Filología Hispánica y ejerció como profesora durante años. ¿Volvería a dar clases? Pues mira, cuando estoy en la feria del libro de Madrid siempre pasan alumnos que se acuerdan de mí. Algunos, incluso, me dicen que todavía usan mis apuntes. Y eso me parece maravilloso porque, la verdad, me encantaba dar clase. Pero tengo que admitir que ahora ya no podría. Es algo muy trabajoso, una tarea que requiere mucho esfuerzo como para compatibilizarla con la escritura.

Dice que se pasa la vida mirando. ¿Qué es lo más bello que pueden apreciar hoy sus ojos? Ver a la gente feliz. Estoy deseando que la pandemia acabe para ir a la playa y ver a los niños meterse en el agua. Quiero ver a la gente canturrear, sonreír... Supongo que eso me da fuerza.

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