Cuidar de quien nos cuida también es una lucha social

  • El trabajo de cuidados y doméstico es uno de los factores que más contribuye a la desigualdad de género.
El trabajo de cuidados representa el 19,3% del empleo mundial femenino.
El trabajo de cuidados representa el 19,3% del empleo mundial femenino.
Archivo
El trabajo de cuidados representa el 19,3% del empleo mundial femenino.

La Organización Internacional del Trabajo define el trabajo de cuidados como todas aquellas tareas que se realizan en el hogar, ya sean de forma personal y relacional, como dar de comer a un bebé o cuidar a un enfermo; o indirectas, como limpiar o cocinar, a cambio de una prestación económica o sin remunerar.

Una tarea que ejercen, eminentemente, las mujeres, y que si este último año ha sido más indispensable que nunca, por las necesidades de enfermos, menores, ancianos y dependientes durante la pandemia, también ha puesto de relieve las condiciones en las que se encuentra este colectivo de trabajadoras.

Una de ellas es Rafaela Pimentel, trabajadora y activista en la asociación Territorio Doméstico. La reivindicación de esta entidad, y de todas las que representan a este colectivo, no es otra que estar integradas en el Régimen General de Trabajadores. "Empezamos a trabajar en el año 2006 para reivindicar y dar el valor que tiene este trabajo, que ni siquiera nosotras mismos se lo dábamos. Cuando comenzamos, este empleo se regulaba con un Real Decreto del año 1985, y no teníamos ningún derecho, ni a baja laboral, ni a vacaciones, ni a tener un contrato escrito…", relata la activista.

"En 2006, no teníamos ningún derecho, ni a baja laboral, ni a vacaciones, ni a tener un contrato escrito"

La modificación de dicha ley no llegó hasta el año 2011, con la aprobación de otro decreto que ya contemplaba algunas de estas cuestiones, aunque sigue discriminando a este colectivo en un régimen especial. "A día de hoy, son derechos que casi nunca se cumplen, porque el trabajo sigue sin estar valorado y es cada vez más precario", remarca Pimentel.

Otra de sus demandas es la ratificación por parte del Gobierno de España del convenio 189 de la Organización Internacional de Trabajadores (OIT), que recoge también la equiparación de estas trabajadoras a las del resto de empleados de otros sectores.

  • El convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se elaboró en 2011 con objeto de mejorar los derechos de los trabajadores y trabajadoras domésticas, "dada su contribución a la economía mundial" y valorando que sigue siendo "infravalorado e invisible".
  • En dicho documento, se recogen derechos tan básicos como un contrato que recoja las condiciones salariales, las horas de trabajo y los periodos de descanso; el derecho a libertad sindical o la eliminación del trabajo forzoso, así como igualdad de condiciones con respecto a otros trabajadores en materia de seguridad social.
  • Alemania, Bélgica, Colombia, Filipinas, Italia, Nicaragua, Panamá, Sudáfrica o Suecia son algunos de los 31 países que ya han ratificado el acuerdo desde su entrada en vigor en 2013.

Precarizadas

"Vivimos en un sistema patriarcal, capitalista, machista y racista. Si los hombres hubiesen estado aquí, probablemente esto sería de otra manera", explica la activista, en referencia a la falta de consideración y valoración de este trabajo, no solo por parte de las instituciones, sino también de la sociedad en general. "Este trabajo sostiene la vida, pero ni el estado ni la gente lo considera así. Hay muchas familias que se aprovechan de la situación de vulnerabilidad de estas trabajadoras, por la falta de recursos económicos, porque no tienen papeles...", señala.

Una situación que se ha acrecentado durante la pandemia, pues muchas de estas trabajadoras se vieron obligadas a trasladarse a otros lugares de residencia con las personas que estaban cuidando, a trabajar más horas de las establecidas o a renunciar a sus días de vacaciones o periodos de descanso por miedo a ser despedidas.

"Este trabajo sostiene la vida, pero ni el estado ni la gente lo considera así"

En este sentido, Pimentel reivindica la labor de asociaciones como de la que forma parte: "Como organización, llevamos años dando charlas y talleres y apoyándonos entre nosotras. Eso ha dado pie a que muchas compañeras vean que se están vulnerando sus derechos, pues muchas ni eran conscientes, y se atrevan a denunciar situaciones de abuso".

Además de contribuir al bienestar de la sociedad, el trabajo de cuidados supone un impulso para el desarrollo económico mundial. "Las remesas de dinero que las mujeres mandan a sus países de origen sirven para pagar el colegio o la sanidad, para que la familia pueda abrir un pequeño negocio o para que sus hijos hayan podido ir a la universidad y hoy sean médicos o abogados. Y tampoco se valora, ni aquí, ni allí", remarca Pimentel.

Según datos de la Conferencia Mundial de Estadísticos del Trabajo –que desde 2015 acordó reconocer los trabajos de cuidados no remunerados como trabajo e incluirlos en las estadísticas–, si se midiera la contribución de este colectivo a la riqueza de los países, equivaldría al 9% del PIB mundial y al 15% en el caso de España.

Remuneración

Para esta activista, la precariedad y vulnerabilidad de este colectivo es solo una arista más de la desigualdad de género y la falta de consideración del papel de la mujer en la sociedad, situación que se agrava todavía más cuando se trata de cuidados no remunerados. "El sistema actual está empujando a que las mujeres volvamos a casa: el trabajo está cada vez más precarizado, ganamos menos dinero, no ocupamos puestos de dirección… así que cuando toca cuidar de un niño o de una persona mayor, somos las primeras en dejar el trabajo. Y eso no se paga", relata Pimentel.

"El sistema actual está empujando a que las mujeres volvamos a casa"

No se equivoca: las mujeres realizan el 76,2% de todo el trabajo de cuidados no remunerado, dedicándole 3,2 veces más tiempo que los hombres, según la OIT. En 2018, 606 millones de mujeres en edad de trabajar señalaban no estar disponibles para acceder a un empleo debido al trabajo de cuidados no remunerado; cifra que en el caso de los hombres se reducía a 41 millones. Esta entidad internacional apunta también que la falta de políticas sociales y regulación por parte de los organismos públicos en este sector, "aumentará más aún la desigualdad de género".

  • REALIZADO POR BLUEMEDIA STUDIO
    Este contenido ha sido elaborado por BLUEMEDIA STUDIO, unidad Branded Content de Henneo.
Mostrar comentarios

Códigos Descuento