Doce noches de violencia en Barcelona, la más grave la de este sábado

La furgoneta de la Guardia Urbana de Barcelona que ha sido quemada durante la manifestación de Barcelona en apoyo a Pablo Hasel.
La furgoneta de la Guardia Urbana de Barcelona que ha sido quemada durante la manifestación en Barcelona este sábado en apoyo a Pablo Hasel.
EUROPA PRESS
La furgoneta de la Guardia Urbana de Barcelona que ha sido quemada durante la manifestación de Barcelona en apoyo a Pablo Hasel.
La furgoneta de la Guardia Urbana de Barcelona que ha sido quemada durante la manifestación en Barcelona este sábado en apoyo a Pablo Hasel.

Se cumplen 12 días de los disturbios que atemorizan a los vecinos de Barcelona con la última protesta celebrada en la noche de este sábado por el ingreso en prisión del rapero Pablo Hasel, condenado por un delito de enaltecimiento del terrorismo.

La protesta de este 27 de febrero ha sido, hasta la fecha, la más grave. Cerca de 4.000 personas, según ha informado la Guardia Urbana, se reunieron en las calles de la ciudad condal para pedir la libertad del cantante, así como la regulación de los precios del alquiler, la derogación de la ley mordaza o la disolución de los antidisturbios de los Mossos d'Esquadra, entre otras cosas.

Sin embargo, a pesar de que la previsión inicial contaba con que la noche fuese difícil, no se esperaba que diferentes grupos violentos, de entre 15 y 20 personas, tratasen de incendiar un furgón aparcado frente a una comisaría de la Guardia Urbana, en el que había un agente dentro, con bengalas al final de la misma. Contra ella se lanzaron también todo tipo de objetos, entre ellos petardos y otros de material incendiario. Además, los manifestantes realizaron pintadas sobre otro furgón del mismo cuerpo.

Una vez más tiendas del centro de Barcelona han sido víctimas de saqueos, entre ellas, el Decathlon ubicado de la calle Canuda, que ya sufrió daños la semana pasada, y el Zara de plaza Catalunya. También el hotel NH de la Rambla con la calle Diputación ha sido atacado. Contra él se ha vertido líquido inflamable, lo mismo que en un concesionario contiguo. De igual forma, se han producido daños en un restaurante del centro de la ciudad.

Los incidentes no se han quedado ahí, pues más de media docena de oficinas bancarias han sido apedreadas, provocando la rotura de cristales y daños en cajeros e, incluso, en dos de ellas los violentos han causado pequeños fuegos en su interior.

Durante la protesta, se han cruzado contenedores en la vía pública para formar barricadas, han incendiado algunos de ellos y han lanzado botellas, petardos y otros objetos incendiarios contra las líneas policiales. Al igual que otras noches, el mobiliario urbano ha sufrido destrozos sobre todo en la Rambla, y en las terrazas de los locales de restauración de esta calle.

Además, algunos manifestantes han causado daños en las cámaras fotográficas y de televisión de varios reporteros gráficos, entre ellos un colaborador de Efe que ha recibido un martillazo en la suya.

Finalmente, seis agentes de los Mossos resultaron heridos leves y 14 personas fueron detenidas, entre ellas dos menores. Tras los arrestos de este sábado, son 137 las personas detenidas en actos vandálicos en Cataluña desde el martes 16 de febrero, día en que fue detenido y encarcelado Pablo Hasel. Los Bomberos, por su parte, actuaron para apagar 14 contenedores incendiados y cuatro cajeros automáticos.

Vecinos y empresarios hartos de las situación

Vecinos, trabajadores y empresarios de la ciudad condal han mostrado el miedo y el hartazgo que viven con esta situación. "No se puede más. Se van las empresas y nosotros nos iríamos también. Yo me iría, aquí no se puede vivir", ha asegurado un hombre cansado de los disturbios.

"Hace días que no tenemos contenedores", ha explicado otra mujer, que ha confesado sentir "miedo" viendo cómo las llamas de los incendios provocados por algunos manifestantes casi llegan a sus balcones.

La preocupación por los graves incidentes es extrema entre los comerciantes y empresarios barceloneses, especialmente los que tienen sus negocios en el centro de la ciudad, perjudicados reiteradamente por destrozos y saqueos durante las protestas. "Cuándo va a seguir esa gente del ERTE si les rompen todo el hotel. Al final, nosotros somos el pueblo y si nos fastidiamos a nosotros mismos...", dice el camarero de un restaurante.

Luis Sans, presidente de la Asociación de Comerciantes del Paseo de Gracia, entidad que agrupa a unos 180 establecimientos de esta emblemática vía, ha dicho que "el asalto a un cuartel" marca un antes y un después, pues es una acción que no se ha visto hasta ahora en ninguno de los disturbios registrados en otras ciudades europeas y que supone "un riesgo de que el país se nos vaya de las manos".

"Hay un salto cualitativo -ha remarcado Sans-. Nunca se había dado el asalto a una comisaría de la policía, ni en los disturbios de París ni en los de Eindhoven de hace un mes. En ningún sitio de Europa se ha atacado una comisaría. Aquí ya llevamos la comisaría de Vic de los Mossos -el pasado 16 de febrero- y, anoche, la de Barcelona", de la Guardia Urbana.

El Gremio de Hoteles de Barcelona ha condenado también los graves daños en el hotel NH ubicado en la Rambla de Catalunya, y ha considerado "inadmisible que las administraciones competentes no muestren una postura y una actitud firme e inequívoca contra estos hechos", permitiendo así "que se sucedan".

Colau condena la violencia

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que este domingo ha visitado la comisaría de la Rambla atacada durante los disturbios este sábado, ha explicado que prevé reunirse a principios de la próxima semana con el vicepresidente catalán en funciones, Pere Aragonès, y con el conseller de Interior, Miquel Sàmper, para valorar si se pueden tomar más medidas preventivas ya que "tras los hechos más graves de ayer, es pertinente que haya una reunión operativa" y abordar la problemática con "serenidad".

Colau ha querido poner en valor la "gran unidad institucional" con una "condena rotunda" de los graves incidentes de anoche en Barcelona: "Ayer recibí llamadas de Sàmper, [Mertixell] Budó y Aragonès mostrando su apoyo a la Guardia Urbana y ofreciéndose a colaborar en lo que fuese necesario", ha agradecido la alcaldesa.

Además, ha asegurado que el agente que se hallaba dentro de la furgoneta cuando esta fue incendiada "se encuentra perfectamente", y que la situación se pudo contener "rápidamente" gracias a la actuación conjunta de los agentes de la Urbana y de los de Mossos d'Esquadra, evitando así tener que lamentar "males mayores" al poner en "peligro la vida" de un agente.

Ha destacado, sin embargo, que cuando hay un uso de líquidos inflamables con una "violencia intencionada", se pueden causar daños a las personas, como en el ataque a la furgoneta de la Guardia Urbana: "Esto es inaceptable, es inadmisible e inmoral", ha remarcado Colau.

Tras manifestar su "rechazo más absoluto y la condena más firme y rotunda" a los actos violentos como los vividos en los últimos días en la capital catalana, Colau ha advertido de que la "violencia no es el camino, nunca está justificada, no construye nada, destruye".

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