"Nos preocupa mucho", ha afirmado Farreny en declaraciones a los medios en el CAP Balafia-Pardinyes de Lleida, en las que ha precisado que una posible desprogramación de intervenciones obligaría a desprogramar cirugías con ingreso, que necesitan camas de críticos, salvo las urgentes, mientras que se mantendrían las que no requieren ingreso hospitalario.

Según ha explicado, en la primera semana de diciembre había 378 casos entre las dos regiones sanitarias y esta semana hay 719, por lo que si la tendencia de los primeros días se consolida finalizará con alrededor de 1.000.

"Eso supone que a nivel de presión asistencial tendremos unas necesidades que complican la atención de todas las personas con garantías", ha recalcado la gerente.

MUCHAS CADENAS INICIADAS EN LES BORGES BLANQUES

Divina Farreny ha señalado que en la atención primaria aumenta la presión por el mayor número de personas con coronavirus, y que despuntan algunos municipios como Les Borges Blanques, población en la que ha dicho que "hay muchas cadenas familiares iniciadas".

Ha contado que se ha detectado que cuesta que se cumplan las cuarentenas de personas que han estado en contacto con positivos y ha insistido en que "el cumplimiento de medidas de aislamiento y cuarentena son vitales para intentar frenar estos contactos y que no acaben impactando en la capacidad asistencial del sistema sanitario".

Según sus datos, en los hospitales de la Plana hay 200 personas ingresadas en centros hospitalarios públicos y privados con coronavirus, y en los del Pirineu de Lleida hay 22 ingresados más y son 13 las personas en UCI, un 79% de la capacidad de los cuidados intensivos, a los que se suman 25 personas en la planta de semicríticos, donde la semana pasada había 17.