Isabel Gemio: la resiliencia de una presentadora agredida

  • Esta semana se ha emitido en Youtube una polémica entrevista que le realizó a María Teresa Campos.
La presentadora de televisión Isabel Gemio, a su llegada a la capilla ardiente de Camilo Sesto, que tiene lugar en la sede madrileña de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).
La presentadora de televisión Isabel Gemio, en una imagen de archivo.
Víctor Lerena / EFE
La presentadora de televisión Isabel Gemio, a su llegada a la capilla ardiente de Camilo Sesto, que tiene lugar en la sede madrileña de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).

Isabel Gemio se ha convertido en el personaje al que más se ha aludido esta semana después de que se emitiera en Youtube una entrevista que le realizó a María Teresa Campos. Un cara a cara entre dos titanes de la comunicación que acabó con reproches, malos gestos y una tensión que se ha recrudecido con el paso de los días. La evidente incomodidad de la Campos, que no ha dudado en azuzar la polémica, ha servido para que, otra vez, se abra la veda contra la Gemio. 

La acusan de mala compañera, altiva, insolente y caprichosa. La tachan de ser déspota, malhablada, inmisericorde y aprovechada. Que sus modales están tan demodé como sus pensamientos y que la vida le ha hecho recorrer caminos angostos porque ha cortado demasiadas cabezas. Dicen que del éxito que obtuvo en televisión y por el que recibió tantos premios, ya nadie se acuerda. Hablan maquilladores, productores y hasta una vecina que le acusa de no haberla saludado.

Isabel, cansada de ser el punch de boxeo, ha pedido clemencia. Quiere seguir en paz gastando todas sus energías en el canal de Youtube que abrió poco después de que finalizara su contrato con Onda Cero, donde los fines de semana conducía Te doy mi palabra. Camaleónica e incansable, la extremeña encontró en la radio un lugar para el sosiego. Lejos de la crispación, repasó durante más de cinco años la actualidad política, entrevistó a los escritores y empresarios más influyentes y navegó por la vida de las celebridades de mayor relumbrón. A muchas de ellas las conoció durante su obra maestra, el programa Sorpresa Sorpresa.

El espacio revelación de la década de los 90 la convirtió en una hada madrina capaz de hacer realidad los sueños imposibles de todo un país y que consiguió traer a un plató en España a actores de prestigio internacional que se prestaban a lo más insólito. También fue capaz de hacer posibles los encuentros entre familiares que, de otra manera, nunca se hubieran producido. Amores que también conquistó durante el tiempo que condujo, con permiso de Jesús Puente, aquel inolvidable Lo que necesitas es amor, en el que años después confesaría no haberse sentido cómoda. Tal vez porque el amor le ha jugado muy malas pasadas.

Discreta y celosa de su intimidad, nunca ha querido confirmar aquellos romances que sí tuvo con hombres de la escena, empresarios y cantantes. A sus 60 años, el cubano Nilo Manrique ha sido el hombre más importante de su vida. El que le dio a sus dos hijos, Diego y Gustavo, este último nacido con una enfermedad rara a la que la presentadora ha dado visibilidad mediante la fundación que lleva su nombre. 

Divorciada tras un matrimonio de altos y bajos, nunca entendió que Nilo aceptara bajar a los infiernos para empezar una guerra que acabó en los tribunales y que le costó una ruina económica. Protegida con una fortaleza que es más bien fragilidad, todavía se le repiten esas pesadillas nocturnas en las que escucha la voz de Nilo llamándola mala madre.

Su otra relación confirmada fue con el empresario mallorquín Xavier Bennasar, con el que tuvo un noviazgo de muchas idas y vueltas, pero con el que sigue manteniendo una amistad. Ahora, soltera y dedicada al cuidado de sus hijos, estudia varios proyectos para volver a eso que llaman primera línea pero que a Isabel no le hace demasiada falta, pues fue una de las mejores pagadas de la época. También tiene a los más fieles amigos, siempre dispuestos a prestarle ayuda de manera desinteresada.

Es el caso del también presentador Pepe Navarro, a quien siempre ha estado muy unida. Tanto, que incluso en la guerra mantenida con Ivonne Reyes, Isabel se implicó mediáticamente para ayudar a Pepe, llegando a intervenir en tertulias para dejar claro que el perfil que se dibujaba sobre él era mera caricatura. El dolor, la tragedia y las persecuciones les han unido. Ambos conocen bien la cara oculta (y amarga) de la fama.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento