La final de MasterChef Junior 8 cada vez está más cerca. En su cuarto programa, dos niños fueron repescados, Adriana y Manel, y otros dos se despidieron para siempre: Asier y Celia. Esta última ya se lo olía en la primera prueba, cuando rompió a llorar tras no quedar satisfecha con su trabajo con Javier.

Por el contrario, Asier cocinó con Henar y ambos quedaron muy contentos -y manchados- tras un cocinado tranquilo y ameno, en el que tuvieron tiempo incluso de cantar, aunque no fueron los mejor valorados en la prueba, presidida por Marcos Llorente y Koke, jugadores del Atlético de Madrid.

En la prueba de eliminación, los aspirantes tuvieron que preparar platos con un ingrediente y una herramienta que escogieron a ciegas. A los dos expulsados les tocaron algunos de los productos más inusuales: Celia cocinó criadillas de cerdo y Asier insectos. 

Quizá por desconocer el producto, ambos presentaron los platos más sencillos de entre todos los concursantes que se retaban en la prueba, y el jurado no lo perdonó. Tras distribuir los puntos, Celia y Asier quedaron fuera del concurso.

Sin embargo, Asier consiguió enamorar a Raquel Meroño, quien asistió como invitada a la prueba y se deshizo en halagos con el pequeño, que se puso muy nervioso y apenas pudo articular palabra. Además, con sus frases ocurrentes y su glotonería se ha convertido en uno de los favoritos de la audiencia, que afearon su expulsión -y la de Celia- ante otros aspirantes menos populares, como Antony y Javier. 

En la entrevista con Pepe Rodríguez y antes de recibir los regalos de despedida (una televisión para Asier y un set de pádel para Celia), Asier confesó que lo que más iba a echar de menos iba a ser a sus nuevos amigos, que para él eran el gran regalo del programa. Por su parte, Celia tuvo unas palabras especiales para Aurora, de quien dijo que era su mejor amiga y que esperaba que ganase el concurso.