Llega al punto de encuentro lleno de energía, salva tres escalones con otros tantos pequeños saltos y saluda con la contundencia de un candidato en un mitin. Después, la calma chicha de sus ojos azules, que no dejan entrever más de lo sale de su boca, que se caracteriza más por su seriedad que por su retranca.

Convénzame para que le vote con una sola frase.

Le pediría que me preste su voto y si no cumplo que me retire ese préstamo.

Si tuviese que escoger cuatro de todas sus promesas, ¿cuáles serían?

La primera sería austeridad máxima en todas las decisiones de gobierno. La segunda, sin duda, es devolver dinero a las familias para reactivar el consumo. La tercera es ayudar para que aguanten los comercios, los autónomos y las pequeñas y medianas empresas. Y la cuarta es un gobierno, un proyecto y un equipo. Resumen, en tiempos de inestabilidad económica es imprescindible la estabilidad política.

El gobierno ha conseguido que el PP no gobierne en ninguna institución aunque ganase las elecciones.

¿Eso es algo bueno para los gallegos?

Seguro que hay cosas buenas, eso creo. El bipartito ha tomado decisiones guiado por la buena fe, pero el resultado objetivo es que hoy no conozco a muchos gallegos que vivan mejor, que estén más optimistas que hace cuatro años.

¿Qué cree que le falta a día de hoy a Galicia?

A Galicia le falta una sociedad civil más potente y más crítica, a Galicia le falta renta para poder vivir con más libertad y con más independencia y a Galicia le falta lamentablemente lo que le faltó siempre: tener las mismas posibilidades que los demás para que entren y salgan personas, es decir, infraestructuras, y que la financiación de las comunidades autónomas no relegue a Galicia para los próximos 20 años.

Más libertad e independencia, ¿pasan por el Estatuto?

No, me estoy refiriendo a las familias. Los gallegos cuanta más renta tengan más independientes serán de los poderes públicos. No, no me refiero para nada al territorio, a mi lo que me interesan son las personas, no me interesan los kilómetros cuadrados.

Pues lo que sobra al carácter gallego, probablemente un excesivo individualismo, nos sobra un cierto pesimismo, pero desde luego los suplimos con creces con una honestidad como pueblo y un sentido del deber y del trabajo muy difícil de superar por el resto de los pueblos.

¿En qué beneficia a Galicia que con un gobierno socialista en Madrid hay uno popular aquí?

Que Galicia no esté callada, que Galicia no diga que sí, que va muy bien el tren de alta velocidad ni que va a estar finalizado dentro de dos años. Galicia tiene que decir que el 50% del tren de alta velocidad que nos une con la meseta está sin empezar y que, por lo tanto, este gobierno tiene, primero, que invertir más, y después, que lo que presupuesta que lo invierta.

Tres años después de suceder a Fraga, cómo diría que ha sido la experiencia?

Uno no puede elegir a quien sucede. Uno tiene que estar a la altura de los personajes a los que sucede. Yo creí que Fraga marcaba una época importantísima en el Partido Popular de Galicia y que había que abrir una nueva etapa. Fraga marcaba la época de las grandes mayorías de hace 20 años y ahora necesitamos la mayoría de 20 años después. Aprendí de Fraga que entendió a Galicia durante mucho tiempo y que Galicia le entendió a él y yo estoy intentando que la mayoría de los gallegos me entiendan a mí, pero, sobre todo, que yo entienda a la mayoría de los gallegos.

¿Cómo le va?

Según las encuestas, vamos ganando.

Digo lo de entender a los gallegos.

Ah, pues he aprendido mucho.

¿De los gallegos?

Sin duda. Para entender realmente a mi pueblo y entender a la mayoría de mi pueblo no es lo mismo entender a los gallegos del Morrazo que a los gallegos de A Baixa Limia de Orense, no es lo mismo entender a los coruñeses que entender a los vigueses. Claro que estoy aprendiendo y es un aprendizaje apasionante.

Y mientras, lidia con su partido, del que se ha propuesto hacer una renovación muy intensa que ha supuesto incluso algunas bajas, y encima parece que le crecen los enanos con algunas polémicas que afectan a sus elegidos.

Primero, en el PP están los que quieren estar y desde luego está el 99,9999. Por tanto, una renovación desde la unidad del partido es un balance del que me encuentro muy satisfecho. En segundo lugar, aquí no crece ningún enano, ha habido una persona que creíamos que, aún no teniendo la comisión de ningún delito ni una causa imputable, era mejor dar un mensaje a la sociedad. Y hay otros candidatos que prefieren tener en sus listas a conselleiros y conselleiras que acumulan 15 altos cargos imputados.

Vamos, que hay para todos.

No, es que yo no conozco las que hay para mí.

Pues Fraga le comparó con Jesucristo al asegurar que también él se equivocó al meter a Judas en sus filas.

Es una expresión muy gráfica.

Define el PP como el único partido realmente galleguista, ¿a qué se refiere?

El Partido Popular nació en Galicia, es el partido que siempre ha ganado en Galicia, por lo tanto, es el partido en el que más gallegos y gallegas confían, y es un partido no nacionalista. Un partido galleguista es el que defiende por encima de todo el respeto a Galicia y que se siente cómodo con el resto de los españoles.

Si fuera...