Tres años de cárcel del doctor que acabó con la vida de una paciente por una liposucción

  • Le operó en un centro sin licencia y sin la presencia de un anestesista.
  • A los 15 minutos de empezar la operación, la joven comenzó a convulsionar y entró en parada cardio-respiratoria.
  • El cuadro clínico no pudo ser remontado por la falta de medios.
Raul Senderowicz en una imagen de archivo.
Raul Senderowicz en una imagen de archivo.
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Raul Senderowicz en una imagen de archivo.

La Audiencia Provincial de Madrid ha confirmado la condena a tres años de prisión impuesta al doctor Gerardo Senderowicz por la muerte de la joven Débora Catalán durante la práctica de una liposucción en un centro sin licencia y sin la presencia de un anestesista, informó este miércoles la Asociación el Defensor del Paciente.

No tenía anestesiólogo, el desfibrilador estaba averiado, no había equipo de reanimación...

En una sentencia, los magistrados estiman el recurso de apelación presentado por la acusación popular, en nombre de El Defensor del Paciente, contra la sentencia del Juzgado de lo Penal número 21 de Madrid que condenó a tres años de prisión al doctor Senderowicz.

Débora Catalán murió el 25 de enero de 2002 en la clínica clandestina, denominada ICEMA, en la que el condenado operaba a sus pacientes. Según la asociación, este centro carecía de autorizaciones administrativa y de una asepsia adecuada para realizar intervenciones quirúrgicas.

Sin medios

Tampoco contaba con "medios técnicos, humanos y materiales precisos y obligatorios, no tenía anestesiólogo, el desfibrilador estaba averiado, no había equipo de reanimación y la mesa de quirófano se encontraba en una habitación de 6 m2".

Alrededor de las 18.00 horas, el doctor inició la realización de una liposucción. A los quince minutos, la joven comenzó a convulsionar y entró en parada cardio-respiratoria, cuadro clínico que no pudo ser remontado debido a las carencias de medios y a la absoluta falta de pericia y conocimientos del médico condenado.

La sentencia de la Audiencia concluye que el Doctor Senderowicz inició "una liposucción en una consulta que carecía de las condiciones necesarias para realizar un acto quirúrgico como la liposucción ni para solucionar cualquier complicación previsible como así ocurrió".

Además, administró a la paciente "una anestesia en niveles tóxicos que le produjo la muerte". Por ello, actuó "omitiendo los más elementales deberes de cuidado y prudencia exigidos originando el fatal desenlace".

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