El ocio nocturno utilizará la prueba piloto que se celebró el pasado 12 de diciembre en la sala Apolo de Barcelona para reclamar responsabilidad patrimonial al Estado y las comunidades autónomas. Según el estudio, ninguna de las 463 personas que asistieron al concierto se contagió de coronavirus. 

"Esto confirma que no hay que asociar la asistencia a un concierto con la presencia de infecciones por Covid-19", ha subrayado la patronal Spain Nightlife en un comunicado. 

Ante los resultados obtenidos, las asociaciones del sector ya han asegurado que llevarán el cierre del ocio nocturno a los tribunales. 

Según Spain Nightlife, las pérdidas de las discotecas y los bares nocturnos del Estado suben a 17.000 millones de euros desde que se decretó el estado de alarma.

Para las asociaciones del sector, los resultados de la prueba piloto de la Apolo constituyen "un precedente importantísimo" en cuanto a la celebración de conciertos en espacios cerrados. Sin embargo, lamentan la "falta de voluntad política" para salvar a las empresas del sector y recuerdan que la celebración de esta prueba llega tarde. "Si se hubieran aprovechado los adelantos científicos y las nuevas tecnologías a tiempo, muchos locales estarían funcionando, incluso durante el Fin de Año", insisten.

Para el secretario general de Spain Nightlife, Joaquim Boadas, los resultados del estudio "permiten acreditar que la administración tendría que haber ofrecido la posibilidad de acogerse a todas estas soluciones, mucho más proporcionadas, igual de seguras y mucho menos letales que la fórmula fácil de cerrarlo todo y sin ayudas".

La prueba piloto del pasado 12 de diciembre contó con el visto bueno del comité de Ética e Investigación Clínica del Hospital Universitario Hermanos Trias y Pujol de Badalona y con el apoyo de Primavera Sound y la fundación Lucha contra el Sida.