El 2020 de Casado: dureza contra el Gobierno, cerca y lejos de Vox y con la idea de la "única alternativa" a Sánchez

  • Este año ha servido para ver varios cambios de rumbo del PP tanto con Vox como con el Ejecutivo de coalición.
El líder del PP, Pablo Casado, se dirige a Pedro Sánchez en el Congreso.
El líder del PP, Pablo Casado, se dirige a Pedro Sánchez en el Congreso.
EFE
El líder del PP, Pablo Casado, se dirige a Pedro Sánchez en el Congreso.

El año 2020 ha sido para el PP como para todos: cambiante. Desde enero con la investidura hasta diciembre con la segunda ola de la pandemia del coronavirus, Pablo Casado ha querido marcar territorio, pero lo ha hecho con aciertos y muchos errores. El discurso, evidentemente, ha ido cambiando a medida que la crisis se agravaba y ha pasado de apoyar las primeras prórrogas del estado de alarma a insistir en que "la única alternativa" a Pedro Sánchez pasa por Génova.

"Casado ha querido jugar a estar cerca de Vox, pero sin tocarse demasiado, porque sabe que tiene que conservar la estabilidad en los gobiernos autonómicos", comentan expertos consultados por 20minutos. Y es que esa ha sido una de las claves para los populares: intentar ser el contrapeso a Moncloa desde las comunidades autónomas en las que gobierna, especialmente bajo la figura de Isabel Díaz Ayuso en Madrid.

"Casado ha querido jugar a estar cerca de Vox, pero sin tocarse demasiado, porque sabe que tiene que conservar la estabilidad"

El 2020 empezaba con la investidura y con el primer Gobierno de coalición de la historia de la democracia. En el otro lado estuvo y está el PP, al que las encuestas van poniéndole mejor cara en las últimas semanas. Casi no hubo tiempo de reacción y llegó la pandemia. Entonces Casado pasó de la mano tendida con claridad a dejarla encima de la mesa, pero siendo consciente de que Sánchez no la iba a coger. Un plan B jurídico, un plan B sanitario o los ocho pactos de Estado han sido los tres pilares del líder la oposición. Pero el Gobierno ha insistido en sus planes A. Ni más ni menos.

Desde el punto de vista popular, el 2020 ha tenido dos momentos fundamentales más allá de lo pandémico propiamente dicho: la moción de censura de Vox y la renovación del CGPJ. En el primer caso, se dio la primera situación en la que Pablo Casado se desmarcó de forma explícita de los de Abascal. 

"En política lo que no es posible es falso", empezó diciendo el líder popular, que miró a Abascal y le dijo que "nos hace venir a perder el tiempo en plena segunda oleada" mientras el Gobierno "nos trata de ocultar" la incapacidad. "Vox ni está ni se le espera" porque su "única aportación ha sido Vistalegre y un autobús descapotable". Y tiró de refranes: "Mucho ruido y pocas nueces". Todo eso desde la tribuna del Congreso y con un Abascal cariacontecido ante lo que estaba viendo.

El movimiento al centro del PP, a pesar de todo, se quedo a medias. Los gobiernos autonómicos siguen apoyándose en Vox, y además no corren peligro, tal como apuntó su propio líder recientemente. Al final, fue una cuestión de tono: un giro que Casado quiso evidenciar con el cambio de portavoz parlamentaria. De la dureza de Cayetana Álvarez de Toledo el PP viró al talante de Cuca Gamarra. A la hora de la verdad, no se ha notado tanto y la confrontación con Sánchez e Iglesias ha sido la misma.

"En política lo que no es posible es falso"

"El asunto del giro fue más mediático que real, se sabía desde el primer momento que la estrategia si no la misma iba a ser muy parecida", sostienen las fuentes. Y para 2021 Génova quiere que quede una sola idea sobre la mesa. "El PP es el único proyecto que representa una alternativa real para España". El líder de la oposición lo ha repetido en numerosas ocasiones durante todos estos meses, y ahora parece respaldado por los sondeos. Pero el dilema va a seguir siendo el mismo: Vox sí o Vox no.

Por otro lado está la renovación del CGPJ, que alberga todavía acusaciones cruzadas entre el Gobierno y el PP. Los primeros acusan a Casado de bloquear, y Casado quiere renovar el órgano, pero sin Podemos. Ha puesto condiciones y la vicepresidenta Carmen Calvo ya no ve esa vía como probable. En el PP mantienen que no se van a mover de sus tres condiciones y mientras la Justicia sigue empantanada.

El verano ya representó los riesgos de una coalición con Cs. Esa vía salió mal en las elecciones vascas y las gallegas demostraron que el perfil Feijóo es el que tiene más calado. ¿Y dónde esta eso? Lejos de Vox. A pesar de eso, Casado sabe que sentarse en la Moncloa en 2023 será una cuestión de mayorías y salvo terremoto político va a necesitar a Vox para sumar.

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