A pesar de que ya hace cuatro años que dejó la Casa Blanca, Barack Obama sigue siendo noticia por multitud de razones, desde la publicación de sus propias memorias a sus listas con lo mejor del año (en el que ha incluido, por ejemplo, la serie The Boys). O, como en este caso, por un desliz, que ya tiene delito que lo cometa alguien que ha guardado secretos de estado.

La hija pequeña de Obama triunfa tras salir en un vídeo de TikTok y apunta a 'influencer' millonaria

Pero lo que se le ha escapado al expresidente de Estados Unidos no tiene nada que ver con el Despacho Oval sino lo que ha vivido en casa. Concretamente con su hija mayor, Malia, y durante el confinamiento por la pandemia mundial del coronavirus.

Es de sobra sabido que mientras que tanto Barack como Michelle Obama son bastante dados a aparecer en programas de televisión o entrevistas en distintos medios riéndose y disfrutando, sus hijas Malia y Sasha son más dadas a intentar mantener un perfil bajo y centrarse en sus estudios en las universidades de Harvard y Michigan, respectivamente.

Y ha sido sobre la primogénita sobre quien ha hablado Barack Obama en una aparición en el espacio radiofónico The Bill Simmons Podcast, donde en teoría las preguntas y las respuestas eran de corte más sencillo, porque versaban sobre todo por el aislamiento y cómo han vivido la crisis por la Covid-19.

Y al expresidente, sin embargo, se le ocurrió ponerse a hablar de la vida amorosa de Malia, de quien se sabe que hace algo más de un par de años que está saliendo con Rory Farquharson, un joven británico de su misma edad (22 años) que estuvo pasando con ellos la cuarentena, como se le escapó al exmandatario norteamericano.

"Como muchas familias, Michelle y yo pasamos ese primer [tramo de la pandemia] jugando todas las noches con nuestras hijas. También hacíamos pequeños proyectos de manualidades. Pero luego, día a día, empezaron a aburrirse un poco con nosotros", comenzó diciendo Barack.

Sin embargo, su siguiente frase dejó ojiplático a su interlocutor, pues rememoró que en un momento dado decidieron enseñarle a sus hijas algunos juegos de cartas "y al novio de Malia, que estuvo un tiempo viviendo con nosotros". Acto seguido, claro, hubo de explicar el porqué.

"Es un joven británico maravilloso que estaba, por decirlo así, atrapado en el país porque había unos problemas con su visado, a pesar de que tiene un trabajo fijo", confesó Obama, que reconoció que en principio no le hizo ninguna gracia la idea de tener al yerno metido en casa durante tanto tiempo.

"Así que lo acogimos en casa y aunque yo no quería que me cayese bien, al final lo consiguió porque es un buen chico", narró entre risas el demócrata, intentado a continuación quitarle hierro al asunto (quizá a su hija le esperen ahora aún más paparazzis) y añadió que si algo le sorprendió fue... la hora de la comida.

"Lo único [sorprendente] es que teniendo a un hombre joven en casa descubres que comen muchísimo. Más de lo que lo que comen las chicas. Es toda una experiencia verles devorar la comida. Mis gastos en el supermercado subieron aproximadamente un 30% cuando estuvo con nosotros", contó.