Los hechos se remontan al pasado mes de octubre cuando personal del Cuerpo, en funciones preventivas de vigilancia de montes, localizaban una colmena oculta entre la vegetación, en un paraje cercano a los extrarradios de la capital burgalesa, según informaron a Europa Press fuentes del Instituto Armado.

No solo su ubicación, sino su posición semioculta y próxima a un camino, sin respetar las distancias de seguridad, hicieron recelar a los agentes, quienes, como resultado de la inspección ocular practicada en la caja y las pesquisas consiguientes, lograron identificar al dueño.

En respuesta al Plan contra sustracciones en Explotaciones Agrícolas y Ganaderas, los guardias civiles abrieron una investigación y llevaron a cabo en los días siguientes vigilancias discretas sobre el lugar, al suponer que podría tratarse de un depósito temporal de colmenas sustraídas donde el autor las depositaba para "enfriarlas" en espera de volver días más tarde.

Tras varias jornadas de vigilancias, se verificó la presencia sospechosa de un vehículo que paraba cerca y del que descendía una persona quien, sin aparente motivo, merodeaba por el paraje y los aledaños donde anteriormente había sido depositada la colmena.

El vehículo y la persona pudieron ser identificados y las indagaciones siguientes, tras conocerse que el sospechoso poseía un asentamiento apícola en la provincia, llevó a los investigadores hasta su colmenar, donde fue localizada y recuperada la colmena previamente encontrada en las proximidades de Burgos, que ha sido devuelta a su legítimo propietario.

La investigación ha sido llevada a cabo por el Seprona y el Equipo ROCA de la Comandancia, que han instruido diligencias entregadas en los juzgados de la capital.