Uno de los inconvenientes del coronavirus es su gran capacidad para permanecer en superficies, en algunos casos, como en los plásticos, hasta tres días. La desinfección con alcohol es un sistema, pero algunas superficies no lo soportan y pueden deteriorarse. Ahora, se ha hallado una solución al problema.

Científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) han desarrollado un sistema para erradicar el virus sin dañar las superficies.

El trabajo ha sido publicado en la revista Physics of Fluids y en el se sostiene que el plasma frío tiene la capacidad de destruir el virus en una amplia gama de superficies sin dañar el material.

El plasma, el menos conocido de los cuatro estados principales de la materia (los otros tres son sólido, líquido y gaseoso), se encuentra naturalmente en nuestra atmósfera superior. Se forma cuando los electrones se separan de sus átomos (haciendo que los átomos se carguen positivamente) y juntos crean una sopa de partículas cargadas que son inestables y, por lo tanto, más reactivas que en su estado de gas equivalente.

Ya se ha demostrado que el plasma frío actúa contra las bacterias resistentes a los medicamentos. Interfiere con su estructura superficial y su ADN sin dañar el tejido humano. Incluso actúa contra las células cancerosas.

Los investigadores diseñaron e imprimieron en 3D un dispositivo de chorro de plasma atmosférico alimentado por gas argón, un elemento inerte y estable que es uno de los gases más abundantes en nuestro aire. El dispositivo envía electrones veloces a través del gas, despojando a los átomos del gas de los electrones externos cuando chocan; solo requiere 12 W de potencia continua para funcionar.

El equipo dirigió una corriente de partículas reactivas casi a temperatura ambiente sobre superficies contaminadas, exponiéndolas a una corriente eléctrica, átomos y moléculas (iones) cargados y radiación UV.

Probaron el efecto del plasma en seis superficies, incluyendo cartón, cuero, plástico y metal y encontraron que en cada una de ellas, la mayoría de las partículas de virus se inactivaban después de solo 30 segundos. Y con tres minutos de contacto con el plasma destruyeron todo el virus.