El rosal es una de las plantas que no puede faltar en ningún jardín. Sus colores y su intenso aroma otorgan vitalidad a cualquier exterior. Además, son plantas que no necesitan muchos cuidados y son bastante resistentes si se siguen una serie de recomendaciones.
Una cantidad de riego y luz adecuadas, un buen drenaje y saber cómo y cuándo podarlas son algunas de las necesidades básicas de esta planta tan agradecida. Además, si se necesita trasplantar el rosal por algún motivo, también es necesario saber cuándo es el mejor momento.
Así, si en un principio la planta se encuentra en una maceta y, finalmente, esta se ha quedado pequeña y se necesita buscar una nueva ubicación para que el rosal siga creciendo fuerte y sano, lo mejor es hacerlo en el momento de inactividad de la planta.
Esto quiere decir que el mejor momento para trasplantar la planta es hacerlo a principios o mediados de primavera, cuando la planta no está en fase de crecimiento ni de floración.
Al igual que para plantar los rosales, también para trasplantarlos se puede tener en cuenta el mes de octubre. Durante este periodo, cuando ya ha pasado la época de máximo calor del verano y cuando todavía no han llegado los fríos meses de invierno. Sin embargo, es aconsejable esperar a que los rosales ya hayan echado todas sus flores antes de trasplantarlo, según Verdecora.
Además, hay que tener en cuenta que hay algunos tipos de rosales que pueden trasplantarse durante todo el año y que es mejor escoger aquellos días nublados o de lluvias, antes que uno soleado.
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