Escáneres cerebrales muestran numerosas anomalías provocadas por la Covid-19

  • Los científicos no pueden aún dar una explicación de por qué se están produciendo estos daños.
Un monitor muestra el escáner cerebral realizado a un paciente.
Imagen de un escáner cerebral realizado a un paciente.
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Un monitor muestra el escáner cerebral realizado a un paciente.

El coronavirus deja numerosos síntomas y secuelas, pero los científicos están particularmente desconcertados con unos: los neurológicos. Y se están hallando cada vez más.

Tal y como recoge Science Alert, los pacientes con coronavirus suelen tener síntomas como la pérdida del sentido del gusto y del olfato, pero también se dan otros menos habituales como accidentes cerebrovasculares, convulsiones o encefalitis (inflamación del cerebro).

Pero es que además hay pacientes con confusión, delirio, mareos y dificultad para concentrarse. 

Los científicos están intentando entender por qué esta enfermedad afecta al cerebro de tan variadas maneras, pero no lo consigue.

A través de encefalogramas, dos neurólogos han tratado de investigar cómo la Covid-19 altera los patrones de la función cerebral normal. Se recogieron datos de 620 pacientes de Covid-19, de los que dos tercios eran hombres con una media de edad de 61 años. Algunos de ellos tenían patologías previas, como la demencia.

Los motivos por los los pacientes se habían sometido a encefalogramas eran un estado mental alterado. Dos tercios de los infectados referían haber sufrido delirios, coma o confusión. El 30% manifestó sufrir alguna convulsión, mientras que otros alegaban tener problemas con el habla. Otros habían sufrido paros cardiacos, que podrían haber interrumpido el flujo de sangre al cerebro.

Los escáneres mostraron anomalías en la actividad cerebral como patrones típicos de la epilepsia, pero la anomalía más común fue la desaceleración difusa, es decir, una reducción de la velocidad de las ondas cerebrales que indica una disfunción general de la actividad del cerebro.

En el caso de la Covid-19, este deterioro podría ser el resultado de una inflamación generalizada, ya que el cuerpo aumenta su respuesta inmune, o posiblemente una reducción del flujo sanguíneo al cerebro, si el corazón y los pulmones están débiles.

En cuanto a los efectos localizados, un tercio de todas las anomalías detectadas se localizaron en el lóbulo frontal, la parte del cerebro que se encarga de las tareas del pensamiento ejecutivo, como el razonamiento lógico y la toma de decisiones. El lóbulo frontal también nos ayuda a regular nuestras emociones, controlar nuestro comportamiento y participa en el aprendizaje y la atención.

"Estos hallazgos nos dicen que debemos probar el electroencefalograma en una abanico más amplio de pacientes, así como otros tipos de imágenes cerebrales, como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, que nos darán una mirada más cercana al lóbulo frontal", asegura el neurólogo Zulfi Haneef, del Baylor College of Medicine en Houston y coautor del estudio.

Con el tiempo, un electroencefalograma podría ayudar a consolidar el diagnóstico de Covid-19 o sugerir posibles complicaciones. Esto podría ayudar a los médicos a monitorear las complicaciones a largo plazo de la Covid-19 y detectar cualquier efecto duradero en la función cerebral del paciente.

Por desgracia, los científicos no tienen pistas de cómo de raras o comunes son estas alteraciones de las ondas cerebrales en la población en general, ya que solo se incluyeron en el análisis los pacientes con Covid-19 que se sometieron a un encefalograma.

No obstante, este estudio suma a la creciente evidencia de que el nuevo coronavirus puede tener un impacto grave en nuestra salud neurológica.

"Se necesita más investigación, pero estos hallazgos nos muestran que estas son áreas en las que debemos centrarnos a medida que avanzamos", dijo Haneef.

"Las anomalías del electroencefalograma que afectan el lóbulo frontal parecen ser comunes en la encefalopatía por Covid-19, y se ha propuesto como un biomarcador potencial si se registra de manera consistente", concluyen los autores en su artículo.

A medida que avanza la pandemia, la ciencia está empezando a comprender cómo de resistente puede ser el Covid-19, ya que los pacientes con largos periodos de infección describen cómo mantienen los síntomas y aún sienten fatiga meses después de ser diagnosticados.

"Mucha gente cree que contraerá la enfermedad, se pondrá bien y todo volverá a la normalidad", dice el doctor Haneef. "Pero estos hallazgos nos dicen que podría haber problemas a largo plazo, que es algo que sospechábamos y ahora estamos encontrando más evidencia que lo respalde", concluye.

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