Restaurantes y bares de Barcelona piden reabrir fuera del toque de queda

El propietario de un bar recoge las sillas y mesas de la terraza tras el cierre decretado por la Generalitat, el pasado 16 de octubre.
El propietario de un bar recoge las sillas y mesas de la terraza, tras el cierre decretado por la Generalitat el pasado 16 de octubre.
ACN
El propietario de un bar recoge las sillas y mesas de la terraza tras el cierre decretado por la Generalitat, el pasado 16 de octubre.

El Gremio de Restauración de Barcelona ha emitido este lunes un comunicado por el que denuncia la “discriminación” que sufren los bares y restaurantes en Cataluña, debido a las restricciones que obligan a su cierre y solo les permite vender comida y bebida para llevar. 

Aseguran que el sector se ha visto “perjudicado”, en primer lugar, por la suspensión de la actividad -cosa que, recuerda, no sucede en ninguna otra comunidad de España- y, segundo, por un toque de queda “que restringe en una hora el horario que ha fijado el gobierno del Estado”. Cabe recordar que en Cataluña se ha aprovechado el margen que ha dado el Ejecutivo central para iniciar el confinamiento nocturno a las 22:00 horas.

El Gremio apunta que los diferentes escenarios que ha dibujado el Ministerio de Sanidad, teniendo en cuenta los indicadores epidemiológicos, “no prevén el cierre de la restauración”, aunque sí limitaciones horarias. Así mismo, recuerdan que el análisis de los focos de transmisión haya concluido que los protocolos aplicados a la restauración “minimizan en gran medida los contagios”. Por ello, los restauradores tildan de “ilógico” que la Generalitat “se olvide de los criterios comunes para continuar perjudicando la restauración”, a pesar de participar de los acuerdos tomados por el Consejo Interterritorial del Sistema de Salud.

Exigen su reapertura inmediata

Roger Pallarols, director del Gremio, ha pedido a la Generalitat sustituir el cierre actual por la reanudación de la actividad de restauración, de forma presencial, entre las 06.00 y las 21:00 horas, fuera del horario del toque de queda. “No hay que esperar que se cumplan los 15 días que se habían previsto”, asevera, recordando que este viernes 30 de octubre terminan las dos semanas de cierre que decretó el Govern.

“La reapertura tendría que ser inmediata”, reclama Pallarols, quien opina que después de 11 días con bares y restaurantes cerrados, se ha comprobado “la carencia de efectividad de la medida”, puesto que los contagios continúan aumentando y, por el contrario, la situación económica es “cada día más perturbadora”.

Al mismo tiempo, el Gremio pide que el reparto a domicilio se alargue hasta las 23.00 horas, para "poder dar servicio a las personas que acaban de trabajar a las 21:00 horas y que todavía tengan que volver a sus casas", puesto que actualmente en Cataluña solo se permite brindar este servicio hasta las 22:00 horas.

Por último, el Gremio critica a la administración por los “escasos esfuerzos” que ha hecho para “compatibilizar la gestión sanitaria de la pandemia y la terrible crisis económica que está generando”: “Este fue uno de los grandes errores que cometieron durante la primera oleada y parece que no han aprendido la lección. Si lo hubieran entendido, la declaración de estado de alarma obligaría la ministra de Industria, Comercio y Turismo (y no únicamente el ministro de Sanidad) a comparecer periódicamente; si lo hubieran entendido, el Departament de Empresa formaría parte del Procicat y todas las resoluciones que aprueba este órgano incorporarían la rúbrica de los consellers Sàmper, Vergés y Tremosa, y no únicamente las de los dos primeros”, asevera.

Ayudas insuficientes

Por otro lado, el Gremio considera que la Generalitat se ha quedado corta con los 40 millones de euros para compensar las pérdidas que ha generado el cierre de la restauración durante 15 días, y critican que la convocatoria para las ayudas ha incrementado el escepticismo alrededor de la medida.

En primer lugar, los restauradores lamentan que la ayuda máxima por NIF sea de 1.500 euros y que no se tenga en cuenta “si la empresa tiene un único establecimiento o si tiene más de uno”. Así mismo, reprochan que tampoco se contemplen factores “esenciales” como la medida del establecimiento o el número de trabajadores.

A parte, consideran “desmesurada” la cantidad de burocracia que conlleva solicitar esta ayuda, a pesar de ser directa: “la ayuda se solicita, se otorga, se justifica y, únicamente después, se cobra. El ingreso efectivo no se producirá hasta el primero o segundo trimestre de 2021”, dicen.

También reclaman diferenciarse de los centros de estética y belleza, ya que “concurren en igualdad de condiciones a pesar de ser emprendidas radicalmente diferentes”. Para el Gremio, la restauración tiene unos costes “mucho más elevados”, por la adquisición de “producto fresco, medida del establecimiento, mucha más mano de obra, salarios más altos, etc.”.

De todas formas, Pallarols cree que las ayudas de la administración no son más que una “limosna”, que “probablemente no llegará ni a los 1.000 euros” y que en ningún caso podrá “paliar las pérdidas que arrastra la restauración”, y concluye: “Parece una broma de mal gusto”.

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