Un sábado cualquiera de marzo puede haber, a la misma hora, 20.000 personas cenando en alguna de las más de cien sidrerías de Euskadi. Ocurre todos los años,  en la temporada del txotx (se sirve desde la barrica), pero los sidreros quieren más.

Además, este año la cosecha ha sido la más generosa de las últimas tres décadas: se han recogido 10 millones de manzana autóctona. Con el añadido de otros 8 millones de fuera, se han elaborado nada menos 13 millones de litros de sidra.

El sol moderado y las temperaturas regulares han propiciado un producto de «gran calidad, muy aromático y mucha frescura debido al buen equilibrio entre acidez y grado alcohólico». Gran parte del líquido se consumirá en botella. De hecho, una de las innovaciones es que habrá botellas de distinto precios, «según su calidad». Al estilo del vino.

Es un pecado: Que la sidra salga con mucha presión de la barrica; o servir en el menú chorizo o morcilla.

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