La capital burgalesa, con una incidencia este martes de 517 casos de coronavirus por 100.000 habitantes, afronta catorce días de confinamiento perimetral y se suma así a otras capitales de provincia de la Comunidad como son León, Palencia y Salamanca.
Este confinamiento obliga a reducir los aforos al 50 por ciento, los bares y restaurantes deben cerrar a las 22 horas, no se permite el consumo en barra y las reuniones se limitan a seis personas, además de que sólo se podrá entrar y salir de Burgos por razones justificadas.
Los controles se han registrado en diferentes puntos de acceso de la ciudad, lo que ha provocado retenciones kilométricas, como en el caso de la A-11, donde se han registrado los principales atascos, al igual que en las entradas a los polígonos industriales de la capital burgalesa.
Asimismo, algunos locales han amanecido cerrados de forma voluntaria a causa de la reducción de aforos y limitación de horarios, y en el caso de la Catedral, el monumento más visitado por los turistas, el Cabildo ha decidido cerrar la Seo burgalesa a las visitas mientras dure el confinamiento.
Los parques de la ciudad están precintados y por las calles del centro de la capital burgalesa se ha notado menos movimiento que en situaciones de normalidad.
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