El director de la planta, Pablo Díez González, ha señalado que la intención inicial es que todo el combustible gastado de la planta haya sido trasladado al ATI antes del verano. En total se tienen que trasladar doce contenedores en los que se distribuyen 370 elementos de residuos radiactivos.

Estos días se desarrollan las pruebas internas de carga previas al traslado, unas maniobras que simulan el traspaso del combustible gastado con el fin de verificar si todo funciona correctamente para cuando se tenga que efectuar realmente la maniobra.

En principio, el traslado del primer contenedor de combustible gastado desde la piscina de la central -que aún tiene capacidad para albergar residuos- hasta el ATI podría tener una duración de entre dos y tres semanas, ya que "se trata de maniobras que han de llevarse a cabo de manera pausada", según Díez González.

Traslado de contenedores

El personal encargado de realizar estos trabajos ha sido preparado previamente para ello, y los contenedores, cubiertos de acero, tienen que estar herméticamente cerrados y recubiertos también de blindajes de hormigón y plomo de aproximadamente de un metro de espesor.

Las obras del almacén temporal individualizado de esta central -la más antigua de España, que cesó su vida útil en abril de 2006- concluyeron en agosto del pasado año, con una duración de seis meses y un presupuesto que rondó los seis millones de euros.

El ATI se ha construido para guardar el combustible gastado que ahora se almacena en la piscina de la planta, ya que para mayo de este año está previsto el desmantelamiento de la instalación, con lo que los residuos deberían estar ya fuera. Sin embargo, según ha señalado Díez González el desmantelamiento podría sufrir algún retraso.

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