Las zonas rurales aumentan su padrón tras la pandemia

La Cerdanya
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La pandemia ha supuesto un cambio en la manera de vivir, hasta el punto que muchas familias han decidido abandonar la ciudad camino de zonas rurales. Este nuevo fenómeno ha hecho que pueblos de comarcas como la Conca de Barberà, la Cerdanya o la Costa Brava hayan experimentado un fuerte aumento del padrón.

Un claro ejemplo es Castell-Platja d’Aro (Baix Empordà), donde se han producido más de 250 nuevos empadronamientos en los dos últimos meses. Su alcalde, Maurici Jiménez, vincula esta situación a la polémica que tuvo lugar al día siguiente de la declaratoria del estado de alarma, cuando centenares de propietarios de segundas residencias se desplazaron al municipio para pasar allí el confinamiento.

Las localidades de la Costa Brava como Callella de Palafrugell, Cadaqués o el Port de la Selva, han sido también testigos de este fenómeno. En Calella, la Oficina d'Atenció al Ciutadà recibió más de 200 llamadas en dos meses de personas que querían empadronarse por vía telemática. Algo distinto sucedió en el Port de la Selva, donde la mayoría de los nuevos empadronamientos corresponden a ciudadanos franceses que ya vivían en el pueblo.

Más niños en los colegios

En la Conca de Barberà, Tarragona, este fenómeno ha sido algo especial. Tras la pandemia, llegaron a esta localidad muchas familias con niños en edad escolar, lo que ha hecho que aumente de manera considerable la población infantil del pueblo.

En el municipio de Santa Coloma de Queralt, desde marzo, se han inscrito noventa habitantes nuevos, en buena parte, familias jóvenes. Una llegada que se ha hecho notar en los colegios. Una ruta escolar que se había dejado de hacer hace muchos años por el extremo norte de la comarca este año se ha recuperado precisamente para dar respuesta a este aumento de alumnado.

Es el caso de Ola, Nilo y Kai, tres hermanos que, desde este curso, van a la escuela Corazón de Roble de Santa Coloma de Queralt. La familia vivía en Canadá, pero los padres, catalanes, han decidido volver.

"Hemos notado un cierto aumento de alumnado, que no habíamos tenido en años anteriores, ya sea por el confinamiento o por otros motivos", afirma a la ACN la directora del CEIP Corazón de Roble, Anna Costa. "Son alumnos que ahora viven en el pueblo o en los de alrededor, y son procedentes de otras nacionalidades, como Canadá, Egipto, Marruecos, Granada, Barcelona, etc.", añade la directora.

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