PP y Cs acuden divididos a la reunión del Grupo Covid-19 que abordará las medidas a tomar tras el estado de alarma

  • Aguado mantiene que el confinamiento duro puede ayudar a salvar la campaña navideña para muchos negocios.
  • Díaz Ayuso y Martínez-Almeida piden evitar otro parón para buscar el equilibrio de economía y salud.
La presidenta Díaz Ayuso y el vicepresidente Aguado hablan, este domingo, en presencia de la consejera de Presidencia, Eugenia Carballedo.
La presidenta Díaz Ayuso y el vicepresidente Aguado hablan, este domingo, en presencia de la consejera de Presidencia, Eugenia Carballedo.
Jesús Hellín/ EP
La presidenta Díaz Ayuso y el vicepresidente Aguado hablan, este domingo, en presencia de la consejera de Presidencia, Eugenia Carballedo.

El final del estado de alarma se acerca en Madrid y otras ocho localidades de su entorno metropolitano sin conocer, aún, cuál será el escenario de restricciones en el que vivirán desde el sábado próximo los más de 4,5 millones de vecinos de estas ciudades y el resto de madrileños.

La Comunidad sigue trabajando en un marco sanitario para relevar a la medida que entró en vigor el 9 de octubre y el contacto con el Ministerio de Sanidad es constante. El diseño de esta estrategia no se antoja nada fácil, porque a la esfera pública ha trascendido el intenso debate que se mantiene en el seno del Gobierno autonómico PP-Cs.

Los primeros defienden medidas "quirúrgicas" y que no obliguen a echar la persiana a ningún sector económico. Los segundos llevan días apostando por un confinamiento estricto de 7, 14 o 21 días de duración para llegar con una incidencia de 25 contagios o menos por cada 100.000 habitantes.

Ambos acuden este martes a la reunión del Grupo Covid-19, donde los gobiernos de España y Madrid estudian las formas de abordar la evolución de la pandemia en Madrid. Los técnicos que forman parte de este equipo de trabajo ya se reunión este lunes para abordar la estrategia. 

"Si la curva no baja, la economía cae", insistió este lunes el vicepresidente, Ignacio Aguado. El líder de Cs reiteró que aumentar las restricciones ahora tiene el doble objetivo de mejorar la situación sanitaria y salvar la campaña de Navidad. "Muchos empresarios", aseguró, están dispuestos a hacer un "sacrificio" de 14 o 21 días antes de padecer "dos o tres meses de asfixia".

Aguado reconoció que su planteamiento choca con el que mantiene la presidenta Isabel Díaz Ayuso, que defiende limitaciones de movilidad y cierres de actividad lo menos invasivos posible para no dañar más la economía. También difiere con el del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que se mostró contrario a adoptar medidas que socaven la actividad en la capital. "La economía no se puede parar", esgrimió.

El vicepresidente, que tiene el respaldo de la dirección nacional de Cs en este planteamiento, enmarcó las diferencias con su socio de gobierno en el funcionamiento normal de una coalición formada por dos partidos políticos diferentes. Además, indicó que será el Consejo de Gobierno de la Comunidad el que, basándose en criterios sanitarios, resuelva mañana cuáles serán las medidas que relevarán en la región al estado de alarma.

Desde luego, no se antoja una deliberación fácil. De momento, dos consejeros ya se pronunciaron este lunes y no hubo sorpresas: Manuel Giménez, responsable de Economía y miembro de la cuota Cs, defendió la tesis de Aguado; Enrique Ossorio, al frente de la cartera de Educación y nombrado por el PP, se alineó con la presidenta.

"Los parones totales son complicados. No se hacen en otros sitios y nos pueden llevar a morirnos de hambre", aseguró Ossorio. Giménez, invitó a reflexionar si mantener la actividad "a medio gas" de forma permanente "es la idónea" o, por el contrario, se puede "realizar un paréntesis" que permita bajar los contagios hasta las cifras fijadas por la Unión Europea (una incidencia acumulada de 25 contagios por cada 100.000 habitantes en 14 días).

En medio del debate político se colaron este lunes las consideraciones del viceconsejero de Sanidad y Plan Covid-19. Antonio Zapatero se mostró partidario de "tomar todas las medidas que hagan falta para que la incidencia baje" aunque dudó de la viabilidad de los objetivos que se plantean desde Cs. "En la situación actual, plantear un índice de 25 casos por 100.000 no sé si lo veo factible a corto medio plazo", apuntó Zapatero, que añadió que a él le parecía "casi más importante" que la incidencia acumulada "la repercusión" de la Covid-19 sobre el sistema sanitario. 

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