La consejería de Salud de Castilla y León ha abierto una investigación para determinar las circunstancias que rodearon la muerte de Lidia Bayona, una mujer que falleció en julio por dos tumores agresivos y a la que habían diagnosticado, en una consulta telefónica, una gastroenteritis y miedo al contagio.

Según relata su familia, Lidia comenzó a sentirse mal en marzo. No dormía, estaba agotada y vomitaba constantemente. Llegó a perder 7 kilos y sus continuas consultas al médico, a través del hilo telefónico, tuvieron siempre la misma respuesta: eran gastroenteritis o nervios. En ningún momento consiguió una cita presencial.

"Le ví la muerte en sus ojos"

El estado de Lidia fue empeorando progresivamente hasta que, según cuenta su hermana Fátima, ella ya no podía más: "Le ví a muerte en sus ojos, pero ella se negaba a ir a urgencias por miedo a coger el coronavirus".

En junio llegó por fin la cita médica, el análisis y el fatal diagnóstico: dos tumores agresivos, uno en los ovarios y otro en los conductos biliares. Un mes después de su ingreso en el Hospital Universitario de Burgos, Lidia murió.

"Se ha producido una cadena de errores médicos. No se puede dejar morir así a los enfermos de cáncer, quiero que se den cuenta", explica su familia, que estudia emprender acciones legales contra la entidad burgalesa.