Como muchas prendas masculinas, el chaleco ha caído rendido ante la figura femenina. Desde mediados del siglo pasado, los chalecos se han convertido en una pieza más dentro del armario de las mujeres que ha ido apareciendo de forma intermitente en los últimos años.

Desde el clásico traje sastre, esta prenda ha ido evolucionando y pasando por diferentes estilos, como el hippy con flecos hasta los minimalistas XXL que han estado dominando el street style justo antes del confinamiento.

Con el frío amenazando de nuevo, estaba claro que el chaleco iba a regresar durante el otoño para tener una segunda vida. Una de las formas en las que regresa es como americana XXL, también tendencia, pero sin mangas, como presentaba Jil Sander en la Semana de la moda de Milán.

Elementos como solapas, raya diplomática o la doble botonadura convierten al chaleco en el nuevo blazer.

Este elemento se va a convertir sin lugar a dudas en la pieza clave de muchos estilismos para dar diferentes aires al look que estamos buscando. Desde conseguir vernos más elegantes a dar un toque algo kitsch, esta prenda será el eje principal.

Las marcas low cost ya se han apuntado a esta tendencia y no han tardado en incluir a los chalecos en sus respectivos catálogos. Sin embargo, han decidido darles un aire diferente y muchos de ellos ahora son abiertos en los laterales o unidos con un pequeño lazo.

Los materiales también van a ser de lo más variado, así como los estampados. Los chalecos de piel o imitando a esta van a estar muy en tendencia, destacando también el clásico pata de gallo que nunca pasa de moda.

Finalmente, vamos a seguir utilizando el chaleco como prenda de abrigo. El año pasado fue llevado casi exclusivamente por los hombres, pero esta temporada las mujeres también se apuntarán a esta tendencia.