El primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha presidido este lunes la firma de un acuerdo de colaboración con los principales sindicatos y patronales para potenciar una movilidad más sostenible, eficiente y segura en la ciudad y su área metropolitana.

En su intervención, Collboni ha emplazado a las empresas a acordar con sus empleados la promoción de horarios flexibles, con el objetivo de reducir la congestión y evitar que los desplazamientos se concentren en las horas punta.

En el acto también han participado el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre; el de Pimec, Josep González, y los secretarios generales de CC.OO. y UGT, Javier Pacheco y Camil Ros, así como la concejal de Movilidad y la comisionada Raquel Gil.

Los principios que inspiran 'El Pacto para una nueva movilidad laboral en Barcelona' son la salud, la calidad de vida y la conciliación laboral y familiar, la sostenibilidad y la calidad ambiental del entorno y la colaboración público-privada, la competitividad y la productividad.

Collboni ha dicho que el Ayuntamiento creará una mesa de coordinación y seguimiento del pacto, y también una oficina municipal de coordinación, asesoramiento y recursos para conseguir los objetivos y compromisos marcados.

El Gobierno municipal ha señalado que el objetivo es que las grandes empresas de la ciudad (de más de 500 trabajadores), así como los grandes centros educativos y deportivos, tengan planes de desplazamiento.

Debate para el consenso

Sánchez Llibre ha pedido al Ayuntamiento que se escuche a todas las partes para alcanzar un verdadero consenso, mientras que González ha alertado de que el pacto no puede olvidar la importancia del sector turístico en la economía y la movilidad en la ciudad.

Pacheco ha advertido de que "la clase trabajadora vive un proceso de gentrificación" que les aleja del centro de las ciudades y, muchas veces, de sus puestos de trabajo, y ha añadido que el teletrabajo no puede invadir la vida privada de las personas.

Asimismo, Ros ha apostado por abordar una visión de la Barcelona metropolitana, que incluya las zonas industriales próximas, y ha pedido que los costes de transición hacia una movilidad más sostenible "no los paguen los trabajadores".