Cinco consejos para cuidar y proteger las plantas de interior y exterior con la llegada del otoño

  • Hay que aprovechar esta estación para reducir gradualmente el riego ya que baja su capacidad para evaporar el agua.
  • Procurarles más rayos de sol y realizar el último abonado del año son tareas básicas en estos meses.
Plantas de interior.
Plantas de interior.
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Plantas de interior.

Aunque se tiende a pensar que en verano y en invierno las plantas necesitan más atenciones que el resto del año, el otoño también es un momento crucial para mimar su cuidado y prepararlas para hacer frente a las bajas temperaturas que se avecinarán en pocos meses. Recopilamos algunos consejos básicos y muy sencillos para afrontar esta estación.

Bajar gradualmente el riego

El otoño es época de transición entre las altas temperaturas del verano y las heladas del invierno. Por este motivo hay que aprovechar esta estación para reducir gradualmente el riego que reciben nuestras plantas y lograr que se vayan adaptando poco a poco. Según desciende las temperaturas también se reduce la necesidad de humedad de la planta así como su capacidad para evaporar el agua de riego.

Conviene tener esto muy en cuenta ya que la combinación de un exceso de agua y el frío puede ser mortal en la mayoría de los casos. Eso sí, si las plantas son de interior y están expuestas al calor de la calefacción quizás necesiten un extra de humedad para soportar ese ambiente más cálido y seco.

En las plantas de exterior, se aconseja retirar los platos o recipientes de debajo de las macetas ya que pueden acumular agua del riego o de la lluvia y provocar que se pudran las raíces.

Un chute de abono

Los primeros días del otoño son también el momento ideal para realizar el último abonado del año. Los expertos recomiendan usar un abono de duración prolongada (también llamado de ‘lenta liberación’) como el granulado o las barritas que se insertan en la tierra. De esta manera se nutren y preparan para el letargo del invierno.

Para las plantas de exterior (incluyendo árboles y arbustos) plantadas en el suelo o en macetas grandes también se aconseja proteger las raíces utilizando corteza de pino, compost o mantillo, tres productos que servirán de escudo contra las heladas.

En busca del rayo perdido

Con la llegada del otoño también se reducen el número de horas de luz y la intensidad de los rayos del sol por lo que - y sobre todo si las plantas son de interior- debemos procurarles la mayor luminosidad posible. Colocarlas junto a la ventana e ir girando las macetas cada cierto tiempo para evitar que crezcan de forma irregular son dos grandes soluciones.

Otro consejo. No someter a las plantas de interior a cambios bruscos de temperatura que puedan estresarlas. Evitarles las corrientes de aire y si se abren ventanas o balcones para ventilar escojamos, sobre todo, las horas del mediodía, cuando la temperatura es más cálida.

Si las plantas están en el balcón o la terraza se recomienda cubrirlas con una telas protectoras, mallas de hibernación o lonas de plástico con la llegada de los primeros fríos.

A la rica poda

Si en nuestro jardín o terraza contamos con rosales, árboles o arbustos se recomienda realizar en este momento del año una poda para sanearlos. Liberadas de estas ramas de más, estos ejemplares centrarán sus recursos en proteger el grueso de la planta durante el invierno.

En el caso de plantas mas pequeñas conviene aprovechar este momento limpiarlas y dejarlas preparadas para la nueva temporada: quitar malas hierbas, ramas y hojas secas, flores marchitas... No hacerlo supone desaprovechar unos nutrientes que la planta debe destinar a sus partes sanas.

Momento perfecto para trasplantar

El recién estrenado otoño es el momento perfecto para plantar y trasplantar muchas especies. Por ejemplo, árboles y arbustos siempre que éstos no sean de hoja perenne (para los que la mejor época llega en invierno). También podemos decantarnos por plantas con flores resistentes al frío como los pensamientos, el cyclamen o las violas. Y por supuesto, podemos optar por bulbos de otoño que empezarán a florecer en febrero como los tulipanes o los narcisos. Y no nos olvidemos de las hortalizas, quizás llegó el momento de instalar ese pequeño huerto urbano en el balcón o la terraza.

Al mismo tiempo, tendremos que preocuparnos por los bulbos de verano: sacarlos de la tierra y guardarlos para el próximo año en un lugar seco y con poco luz hasta que podamos volver a plantarlos con la llegada de la primavera.

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