España tiene que reaccionar. El Fondo Monetario Internacional avisa de que lo que viene todavía pesará como una losa sobre la economía nacional. El organismo que dirige Kristalina Georgieva ha publicado este miércoles el informe anual del 2020 para España, con una serie de recomendaciones ante la crisis del coronavirus, que ha tenido efectos muy duros, pues es el país más lastrado por la pandemia.

El FMI enciende las alarmas. "La disparidades socioeconómicas, que ya eran altas antes de la covid-19, van camino de ahondarse, y es probable que aumente la pobreza", sentencian. A pesar del fuerte apoyo de las medidas de política económica en respuesta a la crisis, "las personas con contratos de trabajo precarios, muchas de ellas jóvenes, con escasa cualificación y empleadas en los sectores más afectados, han sido quienes han sufrido el mayor impacto". La figura del Ingreso Mínimo Vital introducida por el Gobierno, reconocen, "es un paso acertado para abordar algunos de los retos socioeconómicos".

"Los esfuerzos de las políticas económicas deberían prolongarse y adaptarse de manera flexible, así como volverse cada vez más focalizados", recoge el informe, que avisa del éxito que han tenido los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), que tendrán que mantenerse. Además, el FMI advierte de que las prestaciones por desempleo y la asistencia social "pueden tener que intensificarse temporalmente".

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Eso sí, las previsiones que maneja el organismo no son estancas, pues tienen en cuenta la "incertidumbre" que atraviesa España ante la segunda ola de covid-19. Un repunte de la economía en 2021 estará estrechamente vinculado "a la capacidad de limitar nuevas infecciones". Aquí adquiere especial relevancia el fondo de recuperación de la UE. En un escenario optimista, a medio plazo, "se espera que la demanda externa apoye cada vez más el crecimiento según vayan recuperándose las exportaciones y un mayor número de turistas extranjeros regrese a España".

Eso sí, la producción tardará varios años en alcanzar su nivel prepandemia. La incertidumbre acerca de las proyecciones a corto y medio plazo "es muy elevada", insisten en el documento. ¿Dónde estaría el verdadero problema? En un fracaso a la hora de controlar nuevos brotes o un progreso más lento que el previsto en materia de vacunas y tratamientos.

Pero piden dar más pasos, como "ampliar los programas de vivienda social de alquiler y de asistencia al  alquiler y la reubicación, así como simplificar la normativa en materia de edificación y recalificación del suelo", pues esto contribuiría a "mejorar la asequibilidad del alquiler y la movilidad laboral. Las políticas para potenciar la igualdad de género en el mercado laboral deberían centrarse en impulsar el apoyo a la familia y el cuidado infantil y en promover la flexibilidad de las condiciones de trabajo".

Pero no solo los ERTE serán un sostén. El organismo explica que las posibles medidas para el mantenimiento de las rentas deberían revisarse minuciosamente y adaptarse en la medida de lo posible. "Con el tiempo, las prestaciones por desempleo deberían convertirse gradualmente en la red de seguridad predominante". Esto facilitará, comentan, "la reasignación de puestos de trabajo y de trabajadores", una vez que lo más duro de la crisis haya pasado.

Por otro lado, cuenta el FMI, algunas empresas "pueden requerir apoyo temporal en términos de capital, y el fondo de inversión estatal de nueva creación (bajo el paraguas de la SEPI, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales española) es una herramienta bienvenida en ese sentido". Será crucial diseñar para el sector público "una estrategia de salida de las empresas que sean rescatadas, así como consignar y vigilar el riesgo fiscal con transparencia".

¿Y los fondos europeos?

Los fondos de la UE se convierten en un pilar fundamental. "La utilización de los nuevos fondos de la UE brinda una oportunidad excepcional para cerrar parcialmente la brecha de demanda causada por la pandemia", expresan en el informa, antes de añadir que la idea es facilitar la transformación estructural de la economía "a fin de incrementar su capacidad productiva a medio plazo". Destacan la envergadura sin precedentes de los fondos, algo que convierte en  "crucial" el hecho de "disponer de una estructura clara de gobernanza que supervise la ejecución de los planes". Esto es, la coordinación entre el Gobierno central y las comunidades autónomas y ayuntamientos debe ser plena.

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A través de los fondos han de cumplirse una serie de objetivos. "Mejorar la empleabilidad de los damnificados por los cambios económicos mediante más y mejores políticas activas de empleo y formación, así como superar la segmentación del mercado de trabajo, siguen siendo prioridades fundamentales para una mayor equidad", sostiene el FMI. Por eso, ven las ayudas europeas como una oportunidad "para facilitar la introducción de reformas laborales". Por ejemplo, a la hora de potenciar la contratación indefinida. 

Asimismo, dicen, los fondos de la UE podrían convertirse "en un catalizador de los esfuerzos actualmente en curso para ampliar la formación profesional, incluyendo en las pymes, y digitalizar la economía". A esto añaden además la necesidad impulsar la colaboración público-privada y la "modernización" de las empresas.

¿Qué se prevé a medio plazo?

En otros asuntos, se espera que la pandemia haga subir la ratio de deuda pública en casi 30 puntos porcentuales hasta situarla por encima del 120% del PIB en los próximos años. "Un ajuste fiscal gradual que encauce la deuda pública por una firme senda a la baja debería comenzar una vez que la economía se encuentre en una senda de crecimiento sostenible con el desempleo en disminución", redactan desde el FMI. Según las previsiones actuales, esto sucedería como pronto en 2022, una fecha algo más tardía para la recuperación que la que maneja el Gobierno.

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Por otra parte, los bancos "deberían continuar ajustando sus decisiones sobre provisiones en base a criterios precautorios, así como atenerse a políticas prudentes en materia de dividendos". Reconocer a tiempo los activos problemáticos "sigue siendo también esencial", reza el documento. Los bancos deberían además proseguir "con la racionalización de costes y la inversión en tecnología". Cuando los costes sean asumibles, serían acertados los esfuerzos para "continuar desprendiéndose de activos heredados". Como parece indicar el reciente anuncio de fusión entre dos grandes bancos españoles, "una cierta consolidación adicional del sistema bancario es otra respuesta adecuada a los retos de rentabilidad".

En su análisis publicado a finales de junio, justo tras la caída del estado de alarma, el FMI preveía una caída de un 12,8% del PIB este año, la peor de todos los países analizados junto con Italia, que tenía el mismo dato. "Parece que ha habido un golpe más profundo a la actividad en el primer semestre del año que lo previsto", expresaron entonces.