No cabe duda de que el talento interpretativo de María Pedraza es el que ha hecho que a estas alturas de su vida, cuando apenas cuenta con 24 años, sea una de las actriz jóvenes con mayor proyección mundial. Sobre todo, claro, gracias a sus papeles en dos de las series más reconocidas de Netflix a nivel internacional: Élite y La casa de papel.

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Pero ello no quita que la madrileña tenga muchas otras habilidades que, cada vez que puede, saca a la luz para regocijo de sus fans, que en Instagram recientemente superaron los 12 millones de seguidores, como cuando durante la cuarentena sorprendió con sus sesiones de guitarra o cuando rememora sus inicios como bailarina.

Y quizá incluso tenga algo de osmótica, puesto que de tanto estar junto a su novio se le ha pegado la vena poética que tiene. Y es que su pareja, el también actor Jaime Lorente (que también aparece en las series anteriormente citadas), tiene publicado su poemario A propósito de tu boca, gusanillo que parece que también le ha picado a Pedraza.

Lo decimos a raíz de una de sus últimas publicaciones que ya lleva acumulado casi medio millón de likes y en el que la imagen que acompaña al texto es un primerísimo primer plano del rostro de la actriz, en el que se pueden ver sus labios, sus pecas y sus característicos ojos azules.

"Ojalá disponer siempre de una radiografía exacta de nuestros pensamientos. Algo que colocar frente a los demás y decir: mira", comienza el texto en el que Pedraza demuestra sus dotes con la escritura. "Pero no podemos. En lugar de eso, solo nos es dado objetivar nuestra movida interna, todo ese torbellino mental, por medio de palabras -que siempre son caprichosas, imprevisibles y algo putas-", continúa.

"Exigen inmediatamente su independencia, se entrelazan entre sí de un modo que se escapa de la conciencia de su emisor, el pobre, que suele acabar confundido ante el indignante libertinaje de sus propias palabras", reflexiona sobre el lenguaje.

"Aunque lo cierto es que las palabras son lo poco que tenemos. Y supongo que debemos esforzarnos aún más por encontrar ese adjetivo perfecto, esa dialéctica precisa, esa afilada metáfora que indica claramente qué es lo que somos y qué queremos decir en cada momento", finaliza.