Una discusión por lo deberes del colegio derivó en un altercado cuando su hijo de 10 años le lanzó una zapatilla. Ella reaccionó cogiéndole por el cuello y dándole un bofetón que hizo que se golpeara por la nariz y sangrara. Ahora, un juez la ha condenado a 45 días de prisión y le ha prohibido acercarse a su hijo durante más de un año por un delito de malos tratos.

20 minutos ha consultado a expertos y asociaciones relacionadas con el mundo de la infancia para valorar el calado de esta sentencia.

Pepa Horno, responsable del Departamento de Promoción y Protección de los Derechos del Niño en Save the Children:

"Hay que aclarar que a esta madre no se le ha condenado por una bofetada, sino por maltrato. Al haber lesiones, este caso por ley es maltrato y el juez ha aplicado la legislación vigente. Luego hay que definir qué es maltrato. Si un padre pega constantemente a su hijo, será muy difícil de probar el maltrato. Si otro pega a su hijo una vez y le causa lesiones, será maltrato.

Lo que hay que plantearse es si hay que modificar la Ley. Nosotros creemos que nunca hay que pegar a los niños y estamos en contra del castigo. Pero creemos que la legislación no recoge la realidad del maltrato. Se deberían usar otros criterios para ver si hay maltrato además del de las lesiones."

Arturo Canalda, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid:

"Sin conocer con detalle el hecho y la resolución, cabría entender que el juez haya podido valorar aspectos que tengan que ver con el correcto ejercicio de la patria potestad por parte de la madre del niño, de forma continua y no exclusivamente asociado a este incidente concreto. Lo que es seguro es que sí ha valorado el hecho de que hubo lesiones.

Si se tratara de un hecho puntual y, como parece, incluso accidental, podemos entender excesiva dicha resolución judicial que condena a la madre a 45 días de prisión y 12 meses de alejamiento del menor. Lógicamente se deberían ponderar muy bien las consecuencias que para el propio niño pueden tener las sanciones que se impongan ante estos hechos. Alejar a un niño de 10 años de su madre durante 12 meses, si el hecho hubiera sido un aislado y accidental, repito, puede resultar también muy negativo para el menor.

Pero aún así no justificaría que, de forma aislada se pudieran admitir este tipo de actitudes de un padre frente a un hijo sino que lo que nos planteamos ante un hecho de estas características es si la decisión adoptada por el juez pudiera suponer para el menor un daño añadido al propio castigo físico infligido por la madre."

Jesús Ramírez, psicólogo educativo:

"No es de recibo que ningún padre le dé un bofetón a su hijo. Está archidemostrado que el castigo no sirve para nada a nivel educativo. Pero, por otro lado, si el padre o la madre no le da ese bofetón quizá se va a tragar algo que le haga someter a su hijo a otro tipo de castigo, no físico, pero más dañino. El castigo físico está muy mal visto, pero a veces no es el más contraproducente.

No puedo valorar en detalle la situación de este caso, pero si ha sido algo puntual el alejamiento va a ser muy negativo para el niño. Y para la madre. Si esta situación fuera algo continuo, el alejamiento, en cambio, sería necesario".

José Luis Calvo, portavoz de Prodeni (Pro Derechos del Niño y la Niña):

"Estamos de acuerdo con esta sentencia ejemplar que empieza marcar el final de esa idea de que los niños son de sus padres y se puede hacer lo que quiera con ellos. Si nos sorprendemos de esta sentencia estaremos retrocediendo a los tiempos en los que la gente se sorprendía cuando se condenaba a un hombre por pegar a su mujer. La Ley quitó la permisividad con el castigo físico y ahora hay que cumplirlo. La sentencia no es sólo por un tortazo, cuando los medios dicen eso no están contando toda la verdad."