Algo más que un sueldo

Los trabajadores españoles son de los menos comprometidos de Europa con su trabajo (EFE).
Los trabajadores españoles son de los menos comprometidos de Europa con su trabajo (EFE).
EFE
Los trabajadores españoles son de los menos comprometidos de Europa con su trabajo (EFE).

Todo el mundo trabaja por dinero, eso está claro. No obstante, pueden existir otros incentivos que hagan menos difícil levantarse por la mañana y más llevadera la jornada laboral.

Las condiciones de trabajo, los compañeros, las tareas definidas... condicionan enormemente el estado de ánimo de cualquier empleado.

Pero, ¿que hay de la empresa? ¿De sus proyectos, de sus ingresos, de sus objetivos...? Hablando en términos generales, éste no es un factor que preocupe ni importe demasiado al empleado. El trabajo se ve como algo propio, individual, a pesar de que forme parte de un complejo colectivo.

Por lo tanto, lo que se cuece ahí arriba, los intereses generales, no son ni fuente de motivación ni fuente de tristeza. Simplemente, no están en la mente de la mayoría de la gente. Si las cosas van mal puede saltar la alarma por miedo a perder el puesto de trabajo, pero no por la posible quiebra de la empresa.

Consecuencias

Esta escasa integración moral tiene efectos importantes. Está comprobado que el sentimiento empresarial mejora notablamente los resultados, ya que no es lo mismo cumplir por necesidad económica que por, además, interés por el beneficio general. El comportamiento del trabajador cambia mucho.

Sin embargo, solamente el 34% de los trabajadores españoles se siente comprometido laboralmente con su empresa y está dispuesto a realizar sobresfuerzos más allá de las responsabilidades definidas para su puesto de trabajo, según el estudio Compromiso en el trabajo, elaborado por la consultoría de investigación de mercados Quota Research.

Esta cifra es considerablemente inferior a la media del resto de países encuestados (un 42%). Además, un 25% de los empleados españoles se declara “atrapado” en su puesto de trabajo y el 31% se encuentra en una situación de “alto riesgo” y en busca de otro trabajo; ambas actitudes negativas hacia la empresa.

No tiene precio

Un buen sueldo puede comprar la satisfacción, el buen trabajo individual, la permanecia... pero no el grado de compromiso empresarial. Hay otros factores que influyen más en ese comportamiento, y todos ellos son no materiales.

 -Sensación de pertenencia. Es lo más importante para llegar a involucrarse. Saber que saben que estás ahí, que formas parte, que tu trabajo es imprescindible y que los éxitos son tan tuyos como del directivo o del compañero de al lado.

Y aquí entra en juego el comportamiento de los jefes; lo ideal es que mantengan informado a todo el mundo que forma parte de un proyecto, todos ellos estén convocados a las reuniones y puedan manifestar su opinión y expresarse. De esta forma se sentirán responsables y tendrán más ilusión por alcanzar la meta colectiva.

 -Proyecto interesante. Los trabajadores orgullosos de su empresa se comprometen más con la misma. Si aprecian que los directivos se preocupan de hacer un buen producto o servicio, y no simplemente de ganar el máximo dinero en el menor tiempo posible, estarán más dispuestos a lograr un buen resultado.

El afán por el dinero llega a asquear a cualquiera hasta el punto de plantearse si lo que hace va contra sus principios.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento