Los hechos se remontan a febrero de 2018. Los acusados circulaban en un turismo por la calle Espíritu Santo de Cangas y, al ser interceptados por la Guardia Civil, arrojaron por la ventanilla una bolsa, que fue recuperada por uno de los agentes.
Esta bolsa plástica, cerrada con cinta adhesiva negra, contenía otras dieciséis bolsitas termoselladas con heroína, algo más de tres gramos. Asimismo, los agentes intervinieron a uno de los encausados 221,07 euros fraccionados.
Uno de ellos declaró que la sustancia intervenida era para consumo propio y el tribunal considera probado que ambos eran consumidores de larga evolución, tanto de heroína como de cocaína. De hecho, uno de los acusados esta sometido a tratamiento sustitutivo con metadona desde mayo del 2000, con adherencia y evolución irregular.
En el fallo, emitido por la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, los magistrados consideran que los indicios son "absolutamente insuficientes" para probar el tráfico de drogas, teniendo en cuenta tanto estas circunstancias, como que la distribución de las papelinas es también la forma en la que se adquiere por un consumidor habitual.
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