Del Valle apela a su pedofilia recurrente durante el juicio por abusar de una menor

  • Ocurrió en diciembre de 2006 en el barrio sevillano de La Oliva.
  • El acusado aseguró no recordar los supuestos abusos sexuales.
  • Aunque asegura que "tiene fantasias sexuales con niñas de 7 u 8 años".
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Santiago del Valle, encarcelado como presunto autor del asesinato de la niña Mari Luz Cortés, ha apelado a su pedofilia recurrente para defenderse en el juicio que se celebra contra él acusado de abusar sexualmente de una niña de cuatro años en la barriada de La Oliva, en Sevilla. Confiesa que, desde que una hija suya de 25 meses murió atropellada, padece "fantasías sexuales con niñas de siete u ocho años".

Durante el juicio, que ha quedado visto para sentencia, Del Valle ha asegurado que no recuerda los abusos que se le imputan, aunque una testigo, una vecina que vio al pederasta con la menor, ha confirmado que observó como tocaba a la víctima.

A pesar de sus iniciales "alteraciones de memoria", según los abogados presentes en la sala, el acusado acabó reconociendo, aunque negando cualquier motivación sexual, que cogió a una niña de cuatro años, a la que abordó en un patio comunitario, en brazos y que la agarró por la cintura, pero sólo "para que no se cayese".

El forense que le ha estudiado en la cárcel de Granada, donde cumple prisión preventiva, ha dicho que "es consciente del mal que puede causar" y que presenta una pedofilia con "impulsos recurrentes y fantasías sexuales hacia niñas prepúberes".

Los hechos por los que se le juzgan ocurrieron en diciembre de 2006, cuando el acusado abusó supuestamente de una niña de cuatro años en Sevilla. Aquella tarde, una vecina de un patio comunitario del barrio de La Oliva observó como una menor era objeto de tocamientos por parte del acusado, quien afirmó, antes de salir huyendo, que era el tío de la pequeña.

El fiscal imputa a del Valle un delito de abusos sexuales, en el que no aprecia ninguna circunstancia atenuante y sí la agravante de reincidencia, por lo que pide la pena máxima para este delito, tres años, así como una indemnización de 10.000 euros para la víctima. La acusación particular solicita tres años de cárcel y 12.000 euros de indemnización, mientras que la defensa reclama la absolución y en el caso de que no se atendiera tal petición que se aprecie una eximente incompleta de enajenación mental.CONSULTA AQUÍ MÁS

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