Urkullu se propone asentar la "cultura de la paz" y pide autocrítica de la IA por fomentar "el odio en la juventud"

El Lehendakari, Iñigo Urkullu, se propone asentar la "cultura de la paz y pluralismo" en Euskadi, y ha reclamado una autocrítica del pasado, "también a la izquierda abertzale", por haber "justificado la violencia" de ETA y haber fomentado el "odio en la juventud".
El lehendaki del Gobierno Vasco, Iñigo Urkullu, durante uno de los encuentros digitales de Europa Press, en Vitoria-Gasteiz, Álava, País Vasco (España), a 22 de junio de 2020.
El lehendaki del Gobierno Vasco, Iñigo Urkullu, durante uno de los encuentros digitales de Europa Press, en Vitoria-Gasteiz, Álava, País Vasco (España), a 22 de junio de 2020.
Endika Portillo 637765498
El lehendaki del Gobierno Vasco, Iñigo Urkullu, durante uno de los encuentros digitales de Europa Press, en Vitoria-Gasteiz, Álava, País Vasco (España), a 22 de junio de 2020.

Tras insistir en su petición de una nueva nueva política penitenciaria, con el fin de que cada preso, no solo de ETA, sino todos, cumplan prisión en su comunidad autónoma, ha considerado que el Gobierno de Pedro Sánchez "atenderá" a esta reclamación.

En un encuentro digital de Europa Press, Urkullu ha puesto el énfasis en el ámbito de la convivencia, "un objetivo especialmente relevante en Euskadi". En este sentido, ha recordado que "hace dos años se produjo la disolución de ETA con carácter unilateral y definitivo", pero quedan tareas pendientes.

El presidente del Ejecutivo vasco ha destacado que todavía hay que "completar procesos de reconocimiento y reparación de las víctimas, y compartir una memoria crítica sobre el terrorismo y la violencia, particularmente sobre ETA".

AUTOCRÍTICA

En este contexto, se ha referido a los ataques a sedes de partidos políticos y a la casa de la líder del PSE-EE, Idoia Mendia, con motivo de la huelga de hambre del preso de ETA Patxi Ruiz, y ha negado que haya temido que se produjera una vuelta atrás a actitudes que habían quedado superadas en Euskadi con el fin de la banda.

No obstante, sí ha considerado que esto "es una realidad" y ello "impele al Gobierno Vasco a seguir demandando una lectura crítica del pasado, también a la izquierda abertzale". "Porque desde hace décadas se ha venido justificando la práctica de la violencia con objetivos políticos o supuestos objetivos políticos y todo esto se ha hecho también con una educación en el odio en la juventud", ha apuntado.

Por ello, cree que este hay que intentar atajar "ese sentimiento de intolerancia, de no respeto al pluralismo, de no respeto al que piensa de manera diferente". Asimismo, ha explicado que su Ejecutivo desarrolla diferentes programas en todos los ámbitos educativos, también en la UPV/EHU, tanto con la presencia de víctimas del terrorismo en las aulas como con la "profundización en los espacios de convivencia".

Iñigo Urkullu ha apostado por "un refuerzo al respeto a la pluralidad, a la tolerancia, al que piensa de manera diferente, en definitiva, a la democracia, en base a unas reglas de juego aprobadas por todos".

En esta línea, ha realizado "un llamamiento expreso a quien ha justificado al violencia y a quien ha permitido que haya personas que hayan nacido, crecido, educado y formado en un contexto de odio". A su juicio, se tiene que "asentar y fortalecer la convivencia y, más allá de la coexistencia", esta "va a seguir siendo una prioridad de nuestro proyecto de futuro".

NUEVA POLÍTICA PENITENCIARIA

El Lehendakari también cree que hay que "promover una nueva política penitenciaria", y ha destacado que "cada persona presa debería estar encarcelada en su comunidad autónoma", ahora también por razones de salud pública, en alusión a la pandemia del coronavirus y el efecto que también ha tenido en los centros penitenciarios, en los reclusos y en su entorno.

Según ha precisado, esta reclamación no se circunscribe solo a presos de ETA, sino a todos los reclusos, ni tampoco solo al ámbito de Euskadi, sino a todo el Estado.

El Lehendakari ha recordado la situación que ha generado la pandemia respecto a los internos que se encontraban en cárceles alejadas a su lugar de residencia y sus familiares, cuando no se permitía la movilidad durante el confinamiento y la desescalada. "Merece la pena una reconsideración de la política penitenciaria", ha indicado.

En esta línea, ha destacado que la Constitución contempla la resocialización de los reclusos y la Ley Penitenciaria "invita también a un enfoque de reinserción". Por ello, cree que el Gobierno de Pedro Sánchez "atenderá esta realidad" y ha recordado que su Ejecutivo le ha hecho un emplazamiento a proceder al acercamiento de los presos a la cárceles más próximas".

"No quiere decir que sea necesariamente una concentración ni que el acercamiento exclusivamente a cárceles ubicadas en la Comunidad Autónoma de Euskadi", ha precisado.

Preguntado por las críticas a la política que desarrolla el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha remarcado que existe "una legislación que hay que cumplir, y no hay más parámetro que el cumplimiento de la legalidad, también para las personas privadas de libertad".

"Es importante que insistamos en que no hay una política colectiva, sino que es individualizada y que las personas privadas de libertad también tienen que dar sus propios pasos. En función de que se vaya cumpliendo la legislación, no hay nada que reprochar, y mucho menos, en este caso, si la legislación se cumple por quien tiene la competencia, como es el caso del ministro de interior", ha añadido.

Asimismo, ha señalado que, en todo caso, Marlaska seguirá, en su actuación, las directrices que marquen los jueces de Vigilancia Penitenciaria.

AUTOGOBIERNO

Iñigo Urkullu ha subrayado que otras de las prioridades del Gobierno Vasco es el autogobierno. Por ello, ha explicado que, tras los trabajos en el marco de la ponencia del Parlamento, se afronta "la culminación de un nuevo acuerdo o pacto para el futuro político de Euskadi".

El Lehendakari ha asegurado que "el objetivo es, por una parte, completar el Estatuto de Autonomía de Gernika, todavía incumplido tras más de cuatro décadas" y, por otra, "acordar un nuevo estatus político de futuro que reconozca la realidad nacional, la singularidad del autogobierno vasco, asiente una relación bilateral con el Estado y favorezca la presencia y proyección internacional de Euskadi". Su pretensión es responder "a una forma de hacer política y construir país, asentada en el diálogo, la negociación y el pacto".

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