Rosa Benito: la eterna secundaria que llegó a estrella

  • Nada queda de la alicantina aparentemente tímida que recaló en la familia de Rocío Jurado.
Rosa Benito, en 2019, en una exposición sobre Rocío Jurado.
Rosa Benito, en 2019, en una exposición sobre Rocío Jurado.
GTRES
Rosa Benito, en 2019, en una exposición sobre Rocío Jurado.

Si la vida fuera una película, Rosa Benito sería como esa eterna secundaria que, tras un golpe de suerte, consiguió brillar como protagonista. Nada queda de la alicantina aparentemente tímida que recaló en la familia de Rocío Jurado y que, décadas después, conquistó la pequeña pantalla. 

Fue en 2004 cuando la vimos por primera vez en televisión. Su hija, Rosario Mohedano, había decidido embarcarse en la aventura de Gran Hermano VIP y ella se convertía en su defensora por los platós de televisión. Su arrojo, vehemencia y el control de las cámaras hizo que empatizara con la audiencia. Tanto, que Ana Rosa Quintana no tardó mucho en ofrecerle un contrato para convertirse en colaboradora estrella. 

Poco tiempo había pasado desde su incorporación al programa cuando Rocío Jurado anunció que padecía cáncer de páncreas. Rosa supo gestionar con soltura el impacto mediático de la enfermedad de su cuñada. Hizo malabares para alternar su papel de colaboradora con el de familiar entregado. No fue fácil. La presión informativa era asfixiante y Rosa era el salvoconducto más efectivo para tener datos de primera mano. Aunque años más tarde se tacharían de improcedentes algunos comportamientos, no cabe duda de que fue escrupulosa con el tratamiento y las filtraciones siendo fiel al deseo común familiar.

La muerte de Rocío en 2006 marcaría para siempre su vida televisiva. Rosa empezó a acaparar mayor interés en los medios de comunicación y su historia personal, hasta la fecha desconocida, empezaba a calar entre los espectadores. Destacaba entre el resto de los contertulios del universo Telecinco y las revistas la valoraban ya como un personaje en solitario. 

Los conflictos con la herencia, las disputas familiares y las relaciones sentimentales de su hija provocaron la explosión definitiva. Benito fue fichada por Sálvame. Su presencia en el programa de Jorge Javier Vázquez fue cara y cruz. Gloria, pero también infierno. Ganó tanta popularidad como dinero, pero el peaje personal que tuvo que pagar fue angustiosamente elevado. 

Tanto revuelo la llevó a Supervivientes. Fue su gran trampolín. Gracias al concurso consiguió ser, definitivamente, una pieza fundamental en el mundo del corazón. Un fenómeno que los críticos equipararon al logrado por Belén Esteban unos años antes y que, sin duda, cambió su vida para siempre. La sobreexposición la llevó a encadenar polémicas que le costaron la salud. Rosa confirmaba hace poco que tuvo que medicarse para soportar un bombardeo que asoló su matrimonio con Amador Mohedano.

Participó en exceso en un totum revolutum del que salió escaldada. Demandas, graves acusaciones y enfrentamientos con los que habían sido sus compañeros la obligaron a cambiar de vida. Se abrazó a la música y, junto a su hija, recorrió los pueblos de nuestro país con un espectáculo que descubrió una versión desconocida de ella. Pasado el tiempo, Rosa ha vuelto a la pequeña pantalla. Lo hace ahora como comentarista de reality y al lado de Sonsoles Ónega. Trabaja como, donde y con quien quiere. Está más sosegada, quizás porque tiene el control de lo que quiere hacer. No tiene miedo.

Arropada por su familia, dedica su tiempo libre a atender a sus hijos y a sus nietos. Es una madre y abuela entregada que se desvive por los suyos. No se cierra al amor. Aunque hubo rumores de que podría haber encontrado a una persona especial, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Son muchos los que siguen pensando que, aunque el daño entre ellos fue público y continuado, Rosa volverá con Amador. Sería el mejor final para una vida de película, sin duda.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento