Mila Ximénez, en 'Sábado Deluxe', sobre su cuarentena: "Estaba todo el día empastillada y apenas comía"

Mila Ximénez, durante su entrevista en su regreso a 'Sábado Deluxe'.
Mila Ximénez, durante su entrevista en su regreso a 'Sábado Deluxe'.
MEDIASET
Mila Ximénez, durante su entrevista en su regreso a 'Sábado Deluxe'.

Desde que se decretara el estado de alarma por el coronavirus, las televisiones adaptaron a la situación para seguir ofreciendo contenidos sin poner a nadie en riesgo. En el caso de Sálvame, algunos colaboradores continuaron y otros decidieron confinarse, como es el caso de Mila Ximénez, que anoche se reincorporó, emocionada y temblorosa, a Sábado Deluxe

La colaboradora aprovechó para contar cómo había pasado estos dos meses, en los que asegura haber desarrollado el síndrome de la cabaña, que ocurre cuando se teme la vuelta a la rutina diaria, en este caso, por el confinamiento. Pero este no ha sido su único problema, pues la sevillana sufre un herpes zóster, una enfermedad muy dolorosa. 

"Apenas comía, era como si me tiraran continuamente de la boca hacia arriba. Además, me dijeron que podría sufrir parálisis facial.  Estaba todo el día empastillada", comentó Ximénez, a lo que Jorge Javier contestó bromeando: "Entonces ahora, además, tienes una adicción a las pastillas. Tienes una vida muy sana".

La periodista ha pasado el confinamiento sola, pero asegura que no le ha supuesto ningún problema. "Estar solo tiene algo muy bueno, que es que no tienes horarios ni permisos". También ha sabido ver la parte positiva a la situación: "No he leído, no he hecho un armario ni me he movido una mierda, pero he descubierto mucho sobre mí misma y me he serenado. Todo me parece menos importante ahora". 

En la entrevista también hubo lugar para el humor, cuando Ximénez contó que, en una visita de un médico, este vio un satisfyer que esta tenía en la mesa. Los colaboradores le preguntaron cómo llevaba la falta de sexo, algo para lo que, según cuenta, no hay mucho espacio en su vida: "Antes lo vivía de una manera tan placentera y divertida que ahora me da pereza, siempre me hacen daño y acabo mal".

Pero hay algo que sí echa en falta: "A mí lo que me pone es tomarme un copazo con alguien en una terraza", confesó la periodista de 67 años, que durante las últimas semanas ha preferido estar aislada de las noticias porque le "producía mucha ansiedad". 

Con quien sí ha conectado es con una mujer cuyo nombre no ha querido revelar, aunque asegura que es "súper conocida" y "un ángel", y a quien decidió darle las gracias por cuidarla tanto desde el programa durante el confinamiento, en el que su mayor compañía ha sido Alexa, el asistente virtual de Amazon, con el que Ximénez "juega al trivial". 

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