El decálogo que te ayudará a reducir el estrés o la ansiedad y sus consecuencias al volante

La distancia de seguridad es la medida más importante en un embotellamiento.
Los atascos son una de las situaciones que pueden aumentar el estrés al volante.
Schwoaze/Pixabay
La distancia de seguridad es la medida más importante en un embotellamiento.

Las situaciones de estrés o de intranquilidad pueden provocar fatiga, cansancio, falta de apetito o ansiedad de varios tipos. Estos síntomas se traducen en una merma de las facultades de respuesta y de atención del cuerpo y, por lo tanto, interfieren negativamente en el desarrollo de algunas actividades, como la conducción, sobre todo si es por motivos laborales.

Por eso, hay que cuidar nuestra salud física y psicológica para estar siempre en perfectas condiciones a la hora de coger el volante. Conducir con los ánimos alterados o con una mala racha en lo que a descanso se refiere incrementa las posibilidades de sufrir un accidente de tráfico y nos convierte en un peligro también para los que nos rodean en la carretera.

Para llevar estos cuidados al día y poner remedio cuando nos notemos estresados, Fesvial ha redactado un decálogo de consejos que nos ayudarán a reducir el estrés y la ansiedad y, por tanto, la fatiga y el cansancio que pueden aparecer en consecuencia.

1.Duerme las horas necesarias y sigue una buena higiene del sueño. Ya no es solo importante dormir 8 horas, sino que estas sean de calidad y reparadoras.

2. Mantén una dieta saludable y bebe mucha agua. Hay que evitar las grasas y los alimentos procesados, que producen pesadez. La hidratación ayudará al cuerpo a realizar sus funciones sin esfuerzo.

3. Reduce el consumo de café y otros estimulantes. Estas sustancias pueden aumentar los niveles de estrés y enmascaran el cansancio, pero no lo alivian.

4. Evita el alcohol y no te automediques. Los medicamentos pueden interferir en tus facultades físicas cuando vas al volante. Obviamente, el alcohol hay que dejarlo de lado siempre que se vaya a conducir.

5. Despeja la mente de pensamientos negativos o catastrofistas. A la hora de conducir, no ayuda tener la cabeza ocupada pensando en problemas, hay que centrarse en la carretera.

6. Prioriza. Hay que ordenar los asuntos a los que tengas que hacer frente y dedicar tu tiempo diario a aquellos que puedas solucionar. Las prisas al volante no son buenas.

7. Relájate. Encuentra tiempo para dedicarte a lo que te gusta o para encontrar un nuevo hobby que sea placentero y no te someta a más estrés.

8. Conduce con música que te guste y te anime. Evita escuchar telediarios o informaciones negativas por la radio, lo mejor es tener a mano una playlist con esas canciones que te hacen sentir bien.

9. Aunque el tráfico disminuya, no te confíes. Aunque vayamos solos en la carretera, siempre hay riesgo de sufrir un accidente. No vayas con prisa ni realices maniobras peligrosas.

10. Escucha a tu cuerpo y si, conduciendo, sufres un ataque de ansiedad o de pánico, no te fuerces a seguir. Para el vehículo en una zona segura y solicita ayuda. Los síntomas más frecuentes de un ataque de este tipo son falta de aire, palpitaciones, ahogo y sensación de desbordamiento.

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