Tal y como remarca el sindicato en nota de prensa, del total de 500.000 mascarillas compradas, Castilla-La Mancha "había recibido ya alrededor de 82.000, de las que ya se habían distribuido 26.000 entre profesionales, del Sescam, ambulancias o centros socio sanitarios, entre otros".

El problema, según UGT, tras el bloqueo de las mascarillas que aún se encontraban en almacenes, es que, el resto habían sido ya usadas por profesionales con un alto grado de exposición en el desarrollo de sus funciones habituales.

UGT pide en este caso concreto, "que se establezca con claridad cuándo, dónde y quién ha usado estas mascarillas defectuosas, para hacer el oportuno seguimiento de los profesionales, que han estado utilizándolas en el manejo de pacientes contagiados por COVID-19 o sospechosos de serlo, compañeros que pensaban que estaban protegidos, cuando en realidad el material que estaban utilizando no era fiable al 100%".

UGT insiste en que debe garantizarse la protección de los trabajadores al 100% en el manejo de casos confirmados o sospechosos de estar infectados por Coronavirus, sin distinciones entre categorías profesionales, o ámbitos, sino en función del grado de exposición.

Igualmente UGT insta a que respecto de la realización de test rápidos o pruebas diagnósticas de laboratorio, estas se hagan obligatoriamente en estos profesionales que han estado más expuestos por el uso de este material "defectuoso" y posteriormente se generalice la realización de los mismos, no solo en aquellos trabajadores que tengan síntomas y a los que no se les haya realizado la prueba con anterioridad, sino en todos los empleados que llevan desarrollando su labor desde el inicio del estado de alarma, ya que existen personas asintomáticas que se convierten en potenciales agentes de contagio hacia otros compañeros, sus familias o población en general.