El pasado 19 de marzo, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, decretó que al acabar el día se iniciaría una cuarentena obligatoria con motivo de la pandemia de coronavirus. Por desgracia para una familia de la zona de Patagonia, no hicieron caso y una fiesta en torno a un típico asado argentino se convirtió en tragedia.

Una familia de Loncopué, en la provincia de Neuquén, celebró un cumpleaños el 22 de marzo. Según el intendente de la localidad, Walter Fonseca, "comieron un asado y compartieron una cerveza o un vino de la misma botella". 

Unos días más tarde, el homenajeado, que celebró su 64 cumpleaños, estaba muerto. Los médicos hallaron que estaba contagiado de Covid-19. Pero no fue el único. 

Un hombre de 68 años, que no participó en el evento, murió por coronavirus tras ser contagiado por uno de los hijos del cumpleañero. En total, al menos 29 vecinos de Loncopué han dado positivo.

Ante tal tesitura, las autoridades regionales decidieron declarar el aislamiento total del pueblo, de 6.000 habitantes, y el cierre de todos sus comercios. 

Fonseca opina que "esto tiene que servir de experiencia para que la gente de otras localidades entienda que esto no es una joda (broma)".

Lo que las autoridades no pudieron determinar es quién fue el 'paciente cero' que llevó el virus al pueblo, aunque tienen claro que el asado fue una de las principales fuentes de propagación. 

Tras ello, decidieron aislar y testar a los asistentes al cumpleaños. Muchos dieron positivo, aunque la mayoría estaban asintomáticos. 

Claudio, hijo del cumpleañero, declaró que "lo que pasó fue producto de la inconsciencia, pero no hubo mala intención". Otro hijo del fallecido dijo que "era algo que pasaba allá lejos. Pensamos que nunca iba a llegar acá. Ahora lo tenemos entre nosotros, en el pueblo".