En los años 80, a causa de la película Cannonball Run (Los locos del Cannonball en España), se puso de moda una carrera ilegal con unas reglas muy simples: cubrir la distancia entre las dos ciudades más pobladas de Estados Unidos, Nueva York y Los Ángeles, en el menor tiempo posible. Ahora, aprovechando la cuarentena por la epidemia de coronavirus, tres tipos a bordo de un Audi A8 han batido el récord: 26 horas y 38 minutos.

Según Road & Track, los tres participantes, no identificados, salieron del garaje Redball, en Manhattan, punto de salida de la carrera, y llegaron al Portofino Hotel, en Redondo Beach, a 4.546,9 kilómetros de distancia.

El Audi A8 Sedan donde batieron el récord fue modificado e instalaron tanques de combustible en el maletero, una práctica habitual en esta carrera para poder recorrer más distancia sin repostar.

Según Gizmodo, los participantes en la carrera ilegal suelen recurrir a artimañas como emisores de interferencias para anular los radares de velocidad, escáneres de policía, cámaras térmicas para detectar posibles patrullas e incluso un sistema que apaga las luces traseras del coche para ser más difícil de ver por la noche.

El anterior récord, del pasado noviembre, se quedó en 27 horas y 25 minutos, logrado con un Mercedes Benz E63 AMG modificado, con una velocidad media de 166 km/h y una punta de 311 km/h.