Drogadas para ser ofrendas de placer: así es la terrible vida de las 20 concubinas del harén del rey de Tailandia

El rey Rama X de Tailandia, en octubre de 2016.
El rey Rama X de Tailandia, en octubre de 2016.
T.R.H.B. via Bestimage / GTRES
El rey Rama X de Tailandia, en octubre de 2016.

Un auténtico infierno. Y, a veces, un auténtico infierno buscado o alentado por sus propias familias. Así se podría definir la vida de las concubinas del harén del rey de Tailandia, Maha Vajiralongkorn Bodindhorndevarangkul, más conocido como Rama X.

La semana pasada salía a la luz la verdad: el soberano de 67 años estaba pasando la cuarentena por el coronavirus en el Grand Hotel Sonnenbichl, en la estación de Garmisch-Partenkirchen, a los pies de los Alpes, en Baviera, Alemania, con la connivencia de las autoridades locales.

El monarca, uno de los más ricos de todo el mundo, alquiló al completo el complejo: es decir, 99 habitaciones repartidas en cinco plantas, tanto para él como para su séquito y el resto de la corte, además, y aquí entra el sesgo machista de Rama X, de 20 concubinas, amén de su cuarta esposa, Suthida, tal y como ha confirmado el periodista Andrew MacGregor Marshall.

El reportero escocés, autor del libro A Kingdom in Crisis: Thailand's Struggle for Democracy in the Twenty-First Century (inédito en nuestro país pero cuyo posible título sería Un reino en crisis: la lucha de Tailandia por la democracia en el siglo XXI), se puso tras la pista al ver la avalancha de tuits.

Y es que tailandeses no ven en el rey Vajiralongkorn un digno sucesor de su padre, el rey Bhumibol, que apenas salió del país, y, aunque la Corona está protegida según el Código Penal por la una ley de lesa majestad, cuyo castigo, amén de una nada desdeñable multa, puede variar de 15 a 35 años de prisión, el pueblo no se amilanó.

En un solo día, hasta 1,2 millones de mensajes con el hashtag "Mi ksatriy wi thami?", es decir, "¿Por qué es nuestro rey?", se contabilizaron. Esto hizo que el periodista, afincado en Australia realizase una investigación cuyos resultados, de los que se han hecho eco medios internacionales como Telegraaf.nl o Royal Stories, están siendo escandalosos. En especial, lo referido al harén de Rama X.

Una realidad dantesca

Las concubinas son drogadas y puestas a su disposición como una especie de ofrenda para el placer del monarca. De hecho, en la cuarta planta del hotel alemán habría incluso una habitación denominada expresamente así, La sala de los placeres.

No solo eso, sino que MacGregor Marshall habla de un abuso de poder patriarcal, puesto que las jóvenes amantes del monarca (su propia madre afirmó que su hijo estaba obsesionado con el sexo femenino) estarían una sufriendo una presión psicológica constante a la manera de los miembros de una secta.

El rey Vajiralongkorn escoge personalmente a las jóvenes, quienes se alistan en el ejército con la esperanza de que el soberano se fine en ellas. En algunos casos, son las propias familias de las chicas quienes alientan u obligan directamente a ello con la idea de poder ganar dinero y subir escalafones en la clase social.

Todas las chicas acaban formando parte del SAS, el Servicio Aéreo Especial, un regimiento especial de la fuerza aérea en el que, al entrar, les cambian a todas el nombre y deben llevar el mismo apellido (Sirivajirabhakdi), así como varios periodistas apuntan que también llevan similar corte de pelo, al estilo bob -una melena muy corta igualada por ambos lados-, y el mismo colgante, la mitad de un corazón, que el rey Rama X les regala.

Fue exactamente lo que ocurrió con Niramon Ounprom (cuyo nombre de noble Sineenat Wongvajirapakdi perdió la potestad de usarlo), más conocida como Koi, un caso del que ya habló en su momento MacGregor Marshall y que deja pocas dudas sobre la forma de actuar del monarca: en verano de 2019 la presentaba en sociedad como su nueva amante -llegó a ser su favorita- y acabó en octubre con rumores de que la había asesinado en prisión o que la tenía encerrada y repudiada por sus ansias de poder.

Un monarca en las nubes

Andrew MacGregor Marshall asegura además que el monarca está enfadadísimo y realmente molesto con las informaciones que están saliendo sobre él en multitud de medios internacionales, aunque él mismo se quiere encargar de dar a conocer la realidad, como el lavado de imagen que pretende Rama X.

Según el británico asegura en su muro de Facebook, hay que observar "qué pocos vuelos hay en el aire sobre Europa", dado que "la mayoría se han cancelado" y aún así "el TG971 está en el aire, llevando al rey Vajiralongkorn de vuelta a Tailandia para una visita de menos de un día, para celebrar el Día del Chakri, el aniversario de la fundación de su dinastía real".

Esto no es lo único que hace el rey Vajiralongkorn en el aire, pues desde este domingo están saliendo a la luz algunas de las excéntricas conductas del soberano, quien se divierte sobrevolando Alemania como piloto de su Boeing 737-800, tal y como han afirmado varios testigos.

De Múnich a Dresde o Hannover y Leipzig son algunos de los destinos delos que hablan la edición alemana de Gala o el diario Bild. Además, afirman los periodistas que realiza la peligrosa táctica del Touch and Go (Tocar y salir), una maniobra de entrenamiento de pilotos en la que se aterriza el avión y, sin detenerlo, volver a despegar.

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