La tercera semana laboral bajo el estado de alarma arranca en silencio. Las taladradoras, que hasta ahora seguían resonado en la capital, ya han cesado su actividad. Lo han hecho este lunes, al tiempo que entraba en vigor el recién decreto anunciado por el Gobierno, que prohíbe las actividades no esenciales con el fin de endurecer las medidas de confinamiento.

Acorde a la nueva normal, todas las obras que no son de carácter urgente han suspendido los trabajos en la capital. Es decir, del centenar de obras municipales que estaban en marcha, solo continuará una: "La de la última fase de la construcción del centro temporal de acogida para solicitantes de asilo, ubicado en Villa de Vallecas, y que está a punto de acabar", ha anunciado esta mañana la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero.

Esta obra contempla la edificación de 60 nuevos módulos prefabricados, donde en estos momentos de alarma sanitaria, se alojan tanto solicitantes de asilo y refugio como personas sin hogar. "Dada la necesidad de dar alojamiento a las personas sin hogar, y al estar la obra tan cerca de su finalización, se ha considerado necesario concluirla. De este modo, seguimos ampliando la red en la situación de crisis que tenemos ahora mismo", explican las fuentes municipales.

Asimismo, el equipo de Martínez-Almeida dejará un personal mínimo de seguridad y vigilancia en grandes obras, como Plaza de España, y procederá "puntualmente a la reparación de posibles averías urgentes”, informa la delegada de Obras y Equipamientos.

Estas medidas llegan diez días después de que el Ayuntamiento de Madrid solicitase a Sánchez la paralización de las obras de Madrid al considerarlas "focos de contagios". Hoy, el alcalde tiene su respuesta; a falta de carta, el Estado, reacciona a su petición a través del nuevo decreto.