"No se pueden vender las antigüedades junto a puestos de lechugas y bragas"

  • Los promotores del desaparecido rastro piden al Consistorio que reconsidere su negativa a retomar el proyecto paralizado.
  • El Ayuntamiento les propone que se integren en los mercadillos "que ya hay en la ciudad".
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«No pueden pretender que vendamos antigüedades junto a lechugas y bragas». Son palabras de Isabel Montes, una de las promotoras del desaparecido rastro de antigüedades que «con tanto éxito» funcionó todos los domingos en la explanada del Palacio de Congresos.

Desde que fue clausurado por la Policía, en julio de 2004, el proyecto echa raíces en un cajón del Consistorio. Entonces, el Ayuntamiento suspendió temporalmente el rastro para hacer una ordenanza que lo regulara, ya que había surgido, «según decían, de forma anárquica», recuerda la administradora de la empresa Rastro Granada S. L.

Pese al apoyo inicial que diferentes áreas municipales prestaron al proyecto, el Consistorio decidió tomar cartas en el asunto para arreglar el desaguisado: «Los coches aparcaban dentro del recinto y después dejaban todo sin limpiar», rememora la edil de Urbanismo, Isabel Nieto.

En diciembre de 2006 se aprobó la normativa municipal, «dándose el Ayuntamiento a sí mismo » el plazo de un mes para sacar a concurso público la organización del mercado o adjudicarla de forma directa. «En todo este tiempo, y pese a que en repetidos escritos Urbanismo insistía en que lo autorizaría, finalmente se han echado para atrás», lamenta Isabel Montes.

Tres mercadillos

El último informe achaca la decisión a que «ya existen tres mercadillos en la ciudad» y que, aún así, hay problemas para ubicar a dos de ellos -el de Chana y Almanjáyar-. El Consistorio sugiere que se integren en ellos, una alternativa que descartan los promotores del rastro de antigüedades: «Queríamos crear uno original y de calidad y contábamos con el apoyo de los vecinos», concluyen.

Por su parte, la edil de Urbanismo subraya que «lo que pretenden es lucrarse de un espacio público, porque los organizadores cobraban por puestos, y ocuparlo permanentemente impidiendo el desarrollo de otras actividades».

Artículos de «dudoso» origen

El Ayuntamiento basa su negativa, además, «en informes de la Policía Local, donde se ponía en duda el origen de los artículos», un extremo que niega la empresa: «Allí se vendían reliquias, artesanía y muebles restaurados».

Montes lamenta que «se hayan perdido más de 150 empleos», los que «llegó a crear el rastro» y que el Ayuntamiento «eche por alto esta exitosa iniciativa».

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