Según Sanidad, cuando un bebé nacido muerto no es reclamado por sus familiares en un plazo de diez días, debe ser incinerado, con los gastos a cargo del hospital.

Además de una investigación administrativa de la Inspección general de asuntos sociales para esclarecer "sin demora" todo el asunto y "determinar las responsabilidades", la Fiscalía de París ha abierto una investigación preliminar, precisó el titular de Sanidad, Xavier Bertrand, ante la prensa.

Según la Asistencia Pública de los Hospitales de París (AP-HP), que alertó al ministro ayer sobre el descubrimiento, se han hallado "351 fetos", algunos de los cuales eran conservados desde 1985.

El secretario general de la AP-HP, Jean-Marc Boulanger, quien calificó de "inaceptable" la situación, dijo que el inventario fue realizado durante el pasado fin de semana, después de que el organismo fuera informado el 28 de julio.

El ministro, por su parte, acudió hoy al centro hospitalario para evaluar la situación con la dirección. "Esta situación exige el deber de buscar la verdad", recalcó Bertrand, que expresó su "profunda conmoción e indignación" ante el descubrimiento macabro.

Bertrand señaló que el primer ministro, Dominique de Villepin, le ha pedido que ponga en marcha una inspección "en el conjunto de los hospitales" de Francia equipados con un depósito "vinculado a una maternidad".

Villepin, además, ha solicitado al Comité nacional consultivo de ética que evalúe la reglamentación vigente y haga todas las recomendaciones necesarias "en los planos ético, legislativo y científico".

A comienzos de año, el predecesor de Villepin, Jean-Pierre Raffarin, había anunciado el polémico proyecto de traslado del Ministerio de Asuntos Exteriores al hospital Saint Vincent de Paul.