La crisis del coronavirus se ceba con estatuas humanas, músicos ambulantes, manteros y otros trabajadores callejeros

Manteros vendiendo en el frente marítimo de Barcelona.
Manteros vendiendo en el frente marítimo de Barcelona.
Julio César Guerra
Manteros vendiendo en el frente marítimo de Barcelona.

La crisi del coronavirus ha dejado a personal de bares, tiendas y otros establecimientos de cara al público que también han tenido que cerrar en una situación complicada, pero ha golpeado todavía más a músicos ambulantes, estatuas humanas, manteros y demás personas que se ganan la vida en las calles de Barcelona, por donde ahora está prohibido pasear debido a la pandemia. Y es que se trata de trabajadores con ingresos mínimos y una capacidad para ahorrar especialmente baja, que además, no cotizan a la Seguridad Social y en muchos casos se dedican a una actividad irregular y no tienen papeles ni ayudas económicas de las administraciones.  

Los que estén debidamente informados o cuenten con un acompañamiento podrán beneficiarse de las medidas previstas en el decreto de alarma del Gobierno, que contempla destinar 600 millones de euros a servicios sociales y veta el corte de los suministros básicos a los más vulnerables, pero eso no impide que arreglárselas para pagar el alquiler y poder comer a diario se haya convertido en una odisea para ellos en estos tiempos de pandemia.

Todos piden al Gobierno, la Generalitat y el Ayuntamiento ayudas efectivas, y algunos han impulsado iniciativas propias, como el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona, que ha puesto en marcha un banco de alimentos para los manteros que están en situación de precariedad con un llamamiento a la ciudadanía a través de Twitter: "Contáctanos y pasaremos a recoger donaciones de arroz, aceite, pollo y productos de primera necesidad. Se lo llevaremos directamente a sus casas. sindicatomantero@gmail.com".

El sindicato, además, habilitó una cuenta bancaria para quien quiera colaborar con una aportación económica, ES22 3025 0001 1614 3359 2200.

Solo el primer día, a través de esta iniciativa, se entregaron alimentos con un valor de 2.200 euros, al repartir en cada casa 20 kilos de arroz, cinco litros de aceite, cuatro litros de leche y 20 euros de carne, y desde entonces se está llegando a entre 10 y 40 familias diariamente.

"La crisis del coronavirus va a dejar huellas emocionales y económicas a los vendedores ambulantes, que son inmigrantes sin papeles y no pueden trabajar ni tienen paro, ni Seguridad Social ni dinero para llegar a fin de mes", cuenta a 20minutos.es un miembro del sindicato que prefiere no revelar su nombre. Además, señala que ya estaban precarizados desde el verano, cuando el Ayuntamiento puso en marcha un macrooperativo policial para desalojarles de las calles.

Por su parte, Aziz Faye, portavoz de la organización, explica que "muchos manteros están ya durmiendo en la calle y se los llevan a centros" y se queja de que las administraciones "actúan muy tarde". "No podemos esperar a que haya una pandemia para dar soluciones", dice.

También Miguel Ale, que es miembro del colectivo de músicos callejeros de Ciutat Vella y hasta que empezó el confinamiento por el coronavirus se ganaba la vida tocando la guitarra y cantando tango en la vía pública, muestra preocupación. "No nos permiten trabajar en la calle y aunque lo hicieran no hay nadie. No tengo papeles ni ningún ingreso en estos momentos, no tengo para comer, debo un mes de alquiler en un bloque de pisos sociales y mi mujer tiene cáncer y se está sometiendo a quimioterapia", explica este argentino de 69 años. 

"Llevo 15 años viviendo en Barcelona y me duele muchísimo ver a lo que hemos llegado", añade, y asegura que los músicos callejeros se están planteando unirse para ir a pedir ayuda al Ayuntamiento. "Estoy desengañado con la alcaldesa, Ada Colau, porque por su trayectoria podría tener más comprensión", dice, y se queja de que el gobierno municipal no ha tenido "ninguna contemplación" con ellos, a pesar de que son "una nota de color en la ciudad".

La asociación República de las Estatuas Humanas de La Rambla de Barcelona denuncia también la situación que ha traído la crisis del coronavirus y apunta, asimismo, que reclamará soluciones al Ayuntamiento y al Govern. "El otro día ya mandé un comunicado al PSC", cuenta Walter San Joaquín, que interpreta al personaje de Don Quijote y es el presidente de la entidad.

"No nos han notificado que no podamos trabajar en la calle pero no ganamos dinero porque no hay nadie. Al prohibir el tránsito de personas muere el artista callejero, que es muy vulnerable", añade.

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