Para ello cuentan con la experiencia de Carmen Rodríguez Arnedo, enfermera especialista en cuidados paliativos, con una antigüedad en el Servicio de Cuidados Paliativos y Gestión Hospitalaria desde 1999 e Iván Santolalla Arnedo, doctor enfermero por la Universidad Rey Juan Carlos y una antigüedad en gestión hospitalaria desde 2007.

Unos cuidados paliativos que son definidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el "enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asociados con enfermedades amenazantes para la vida, a través de la prevención y alivio del sufrimiento por medio de la identificación temprana e impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicológicos y espirituales".

Estos cuidados no aceleran ni retrasan el momento del fallecimiento, sino que ofrecen un sistema de soporte para ayudar a los pacientes a vivir tan activamente como sea posible hasta su muerte.

Los Cuidados Paliativos del Sistema Público de Salud de La Rioja están formados por una unidad de hospitalización y unidades de atención domiciliaria, donde desarrollan su actividad profesional equipos de cuidados paliativos interdisciplinares compuestos por enfermeras, técnicos en cuidados auxiliares de enfermería, médicos, psicólogos, trabajadores sociales y personal administrativo. En nuestra Comunidad Autónoma, estas unidades se ubican en el Hospital de La Rioja.

El doctor enfermero, Iván Santolalla Arnedo, afirma que "aunque la esperanza de vida aumenta significativamente, la prevalencia de enfermedades incurables y de discapacidad ha aumentado, y cada vez hay más población que sobrevive en situación de alta vulnerabilidad y fragilidad durante muchos años".

"Las enfermeras dentro del equipo de cuidados paliativos trabajamos con el objetivo de dar el máximo confort y calidad de vida al paciente con enfermedad avanzada y su familia. Nuestra actuación es individualizada, fomentando la autonomía del paciente, preservando su dignidad e intimidad".

Y es que los cuidados paliativos se basan en una concepción global, activa y continuada que comprende la atención de los aspectos físicos, psíquicos, sociales y espirituales.

"Cuando un paciente presenta una enfermedad avanzada, progresiva e incurable -indica Carmen Rodríguez Arnedo - es merecedor de unos cuidados específicos y de calidad administrados por un equipo interdisciplinar formado y con capacidad para tratar una situación compleja que se va a ir modificando a lo largo del proceso de enfermedad".

Dentro de este equipo interdisciplinar la Enfermería tiene la misión "de proporcionar cuidados especializados, estos cuidados deben estar basados en las necesidades del paciente y su familia. La utilización de una metodología científica en la práctica profesional enfermera da respuestas a las necesidades de estos pacientes y familia garantizando la calidad y continuidad de los cuidados".

Por todo ello, la enfermera, por su cercanía, aporta una visión humanista y trata al paciente como persona única que toma sus propias decisiones. A través de la relación de ayuda fomenta la expresión emocional facilitando el trato entre paciente y familia, haciéndoles participe de los cuidados. "Desde el acompañamiento y la intervención profesional se gestiona el control de síntomas, la expresión de sentimientos, preocupaciones y resolución de problemas para el afrontamiento en esta etapa.

Es esencial lograr, junto al paciente y su familia, la implicación en el transcurso de la enfermedad, que es un proceso muy duro en el que las constantes pérdidas (salud, trabajo, rol familiar y social, actividades...) generan en el paciente y familia un intenso sufrimiento físico y emocional por lo que requieren una intervención profesional por parte de estos equipos especializados en cuidados de Enfermería al final de la vida", indica la enfermera especialista en cuidados paliativos.

A ello añade que "entre los problemas físicos, un diagnóstico de Enfermería prevalente es el dolor, por lo que la enfermera tiene un papel fundamental en la valoración continua, tratamiento y cuidados para su control. Otras necesidades funcionales que pueden requerir intervención son las nutricionales, descanso-sueño, movilización, seguridad, higiene, duelo, valores y creencias...".

Finaliza el doctor en Enfermería indicado que "la muerte es un proceso natural, pero la mayoría de las personas no estamos preparados para afrontarla. Tomamos decisiones y planificamos nuestra vida pero eludimos hacerlo sobre la muerte. El tema de la finitud siempre provoca angustia en la persona, ya sea por la pérdida de la vida, como por el desconocimiento de lo que ocurrirá después de la muerte".

"Cuando la enfermedad te enfrenta cara a cara con la muerte se hace imprescindible el apoyo profesional y especializado de los equipos de cuidados paliativos, donde la enfermera se vertebra como un profesional fundamental en el cuidado del paciente y familias", finalizan en su comunicado.