Quedan menos de dos semanas para que termine febrero y Gobierno y el Govern aún no han fijado una fecha para constituir la ‘mesa de diálogo’ sobre Cataluña. El Gobierno segura que no hay cambio de planes y prevé que eche andar la semana que viene. Su portavoz, María Jesús Montero, ha recordado este martes que "el compromiso del Gobierno es convocar la mesa antes de que termine febrero". "Los gabinetes" están en contacto "para poder hacer la agenda», ha dicho.

Sin estar cerrada y aun dependiendo todavía del Govern, el Gobierno trabaja con el 27 de febrero, jueves, como fecha posible para la primera reunión en la que, si todo va como lo acordado, participarán el presidente, Pedro Sánchez, y el president, Quim Torra.

Sin embargo, el ritmo en la Generalitat no es el mismo, al menos por lo que respecta a JxCAT. Casi al mismo tiempo que Montero reiteraba la intención de que la ‘mesa de diálogo’ empiece antes de que termine el mes, la portavoz del Govern, Meritxell Budó, daba largas en Barcelona al señalar que "el calendario no es una prioridad" y que se puede "esperar 7 o 10 días" porque lo importante es que "se vaya con el máximo consenso posible".

Budó ha hablado así un día después de la reunión en la tarde-noche de este lunes entre Torra, ERC y colectivos independentistas como Asociación Nacional Catalana y Omnium, que comparten la línea de JxCAT, no de los republicanos. Con el "consenso", Budó se refería a la ausencia del mismo que de momento existe entre JxCAT y ERC, hoy más adversarios electorales que socios de gobierno. 

Sus diferencias en relación a la ‘mesa’ son dos. Por una parte, no hay acuerdo sobre quiénes deben formar la delegación de la Genelalitat. Lo harán, al menos en su sesión inaugural, Sánchez y Torra, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, y el vicepresidente catalán, Pere Aragonés. Sin estar anunciadas oficialmente, Sánchez también cuenta con la vicepesidenta primera, Carmen Calvo, y con la ministra de Política Territorial, Carolina Darias.

Mediador

JxCAT y ERC tampoco se ponen de acuerdo sobre la figura del mediador, que Torra sigue reclamando y que Sánchez rechaza de plano. En Moncloa consideran que el empeño del president "esconde tesis electoralistas" porque la renuncia al mismo que ya ha dejado clara ERC le sirve a Torra para echárselo en cara. De la misma manera, el president está dispuesto acusar a ERC de no tomarse en serio la ‘mesa’ si, como el Gobierno central, insiste en ponerla en marcha antes de que termine el mes.

Ayer, el portavoz en el Congreso de ERC, Gabriel Rufián, ha considerado este martes "contraproducente" que la ‘mesa de diálogo’ tenga un árbitro. "Creo que es contraproducente meter más presión a la ‘mesa’, que ya de por sí va a tener muchísimas”, ha dicho en los pasillos del Congreso y ha rechazado "entrar en las sugerencias, las ideas de cada cual".

A pesar de todo, el Gobierno trabaja con el escenario de que JxCAT y ERC se pondrán de acuerdo y que la ‘mesa’ quedará constituida con miembros de los dos socios del Govern, a pesar de que este instrumento lo pactaron el PSOE y ERC y que no entusiasmó al líder de JxCAT, Carles Puigdemont. "Se van a poner de acuerdo", confiaban este martes desde Madrid.