"A la espera de sentencia" el contrato de 2015 para la revisión del Plan Metropolitano de Transportes

Después de que la Dirección General de Movilidad de la Junta de Andalucía adjudicase en 2015 a la unión temporal de empresas (UTE) constituida entre Ingerop y BB&J Consult la redacción de la "revisión del Plan de Transporte Metropolitano de Sevilla", apostando por "el transporte público y la promoción extensiva de la movilidad no motorizada", y en 2016 dicha entidad solicitase la resolución del contrato, el asunto está "a la espera de sentencia judicial".

Así queda de relieve en una respuesta escrita de la consejera de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, Marifrán Carazo, a una pregunta del parlamentario autonómico de Adelante por la provincia de Sevilla Ismael Sánchez (IU).

Mientras Ismael Sánchez exponía en su pregunta que "la promoción extensiva de la movilidad no motorizada mediante el uso de la bicicleta debería ser una prioridad", preguntando "cuándo está previsto resolver el contrato del Plan Metropolitano de Transporte" de Sevilla, la consejera de Fomento, en esta respuesta emitida el 5 de octubre de 2019 y recogida por Europa Press, rememora que tras ser adjudicado en agosto de 2015 el contrato de revisión del Plan de Transporte Metropolitano de Sevilla, la UTE encargada del mismo solicitó en junio de 2016 "la resolución del contrato por mutuo acuerdo".

No obstante, dicha petición "fue informada desfavorablemente por la Asesoría Jurídica" de la Junta de Andalucía, porque "existiría una causa previa de resolución del contrato, el incumplimiento del contratista, lo que inhabilitaría la resolución por mutuo acuerdo", según explica la consejera, detallando que en julio de 2018, la UTE constituida entre Ingerop y BB&J "interpuso un recurso contencioso administrativo contra la propuesta de resolución del citado contrato" por incumplimiento de la adjudicataria, con lo que la Administración andaluza estaría aún "a la espera de sentencia judicial".

El Plan de Transporte Metropolitano de Sevilla, recordémoslo, fue aprobado en octubre de 2006 y entre sus "metas, objetivos y políticas" figuraban "potenciar el transporte público como medio de transporte masivo más eficiente", "moderar y controlar el tráfico de vehículos privados" y "favorecer los desplazamientos en modos autónomos de transporte, como peatones y bicicletas".

El mencionado documento, recogido por Europa Press, propugnaba "un nuevo modelo de movilidad más sostenible, efectuándose el mayor esfuerzo inversor en materia de infraestructura para el transporte público y propuestas tendentes a promover los modos de transportes no motorizados".

Así, dicho documento apostaba entre otros aspectos por "la regularidad y fiabilidad del servicio de transporte público", con "la creación de plataformas reservadas que canalicen los grandes flujos de desplazamientos" o la "creación de intercambiadores de transporte".

En aquellos tiempos, en ese sentido, avanzaba la construcción de la primera línea del metro de Sevilla, estrenada en 2009 y única en funcionamiento de la red completa de metro aprobada para la capital andaluza, toda vez que se anunciaba un proyecto para conectar la comarca del Aljarafe a través de un tranvía con un recorrido de 28 kilómetros, plataformas reservadas para el transporte público también en el Aljarafe, la duplicación de la carretera A-8077 entre Camas y Sanlúcar la Mayor, un tranvía para la ciudad de Dos Hermanas y otro para conectar Alcalá de Guadaíra con la línea uno del metro.

MUCHOS PROYECTOS PENDIENTES

A día de hoy, tan sólo ha entrado en funcionamiento la primera de las cuatro líneas de la red completa de metro, mientras el proyecto del tranvía del Aljarafe está paralizado, el de Dos Hermanas ha sido sustituido por una línea regular de autobuses sobre una plataforma reservada para los mismos y el tranvía de Alcalá está a la espera de la reanudación de sus últimas obras, tras sufrir múltiples incidencias y problemas.

En ese contexto, la memoria técnica del contrato correspondiente a la revisión del Plan de Transporte Metropolitano de Sevilla partía de la necesidad de un "cambio de modelo" en la movilidad metropolitana, extremo ya puesto de relieve por el documento original del Plan de Transporte, dado el carácter "insostenible" del predominio del "vehículo privado" en todos los aspectos, incluido el medioambiental.

"CAMBIO DE MODELO"

Dicho "cambio de modelo", según la memoria de la revisión del plan, "debe insertarse en una situación presupuestaria de las administraciones públicas y de política urbanística que no van a estar dirigidas a costosas infraestructuras de transporte ni a un urbanismo expansivo, sino a la ciudad consolidada y un modelo de ciudad compacta", por lo que se apuesta por "la promoción del transporte público y la promoción extensiva de la movilidad no motorizada, mediante el uso de la bicicleta y el fomento de los desplazamientos peatonales".

"Las medidas tendentes a favorecer los modos no motorizados deben tomar un papel decisivamente relevante, así como medidas complementarias o alternativas a la inversión en infraestructuras, para promover una mayor participación de los modos públicos colectivos entre la movilidad motorizada", exponía la memoria técnica.

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