La franquicia Starbucks, nacida en 1971 en Washington, Estados Unidos, ha querido dedicar uno de sus anuncios al colectivo trans, reflejando a un adolescente que sufre frustración cada vez que le llaman por su nombre de mujer. 

La multinacional comienza su anuncio mostrando diferentes situaciones en las que el protagonista es preguntado por su nombre. El repartidor del correo, su carnet del instituto o incluso su padre, son los ejemplos que se muestran y en las sufre por tener aún el nombre de mujer, Jemma.  

Tras estos difíciles momentos, el protagonista llega a un establecimiento de Starbucks, y tras ser preguntado por su nombre para que se lo escriban en el vaso, dice sonriente "James".

La marca ha aprovechado su campaña whats your name (cuál es tu nombre) para tratar de normalizar a un colectivo históricamente discriminado por la sociedad.

Como es habitual cuando una gran empresa lanza un anuncio de este tipo, siempre existe el debate en redes de cuánto hay de compromiso con revertir la situación de la comunidad LGTBI y cuánto de intereses económicos y de imagen hay detrás, pero en cualquier caso, campañas así son positivas para el conjunto de la sociedad.